Con el avance de los siglos, y de forma cada vez más clara, la dignidad se vincula al ser mismo de la persona y se dirige al nivel más hondo del ser personal. Más allá de la posición social o de otras cualidades, la dignidad es prerrogativa del ser humano por el mero hecho de serlo. Una prerrogativa que nadie, ni por razón alguna, puede negar.
/link/dignidad-de-la-persona-humana