RESUMEN:
La voluntad es una especie de término medio entre la razón y el apetito concupiscible: la razón propone la medida recta, y el apetito concupiscible su propia medida. Pero si el hombre es virtuoso lo será no sólo porque elige conforme a la recta razón, sino también, e inseparablemente, porque las pasiones las tiene domadas hasta el punto de no reaccionar de ordinario de forma desmesurada respecto al dictamen de la razón. En cambio, el hombre continente, por no hablar del vicioso, es el que, no teniedo domadas sus pasiones, les impone el orden de la razón como haciéndose violencia a sí mismo. El virtuoso no se hace violencia a sí mismo.


TEXTUAL:
Objeciones por las que parece que el sujeto de la continencia es el apetito concupiscible.



Ob 2. Aún más: ?Las cosas opuestas lo son respecto de una misma materia?. Ahora bien: la incontinencia reside en el apetito concupiscible, cuyas pasiones superan a la razón, ya que, según Andrónico, la incontinencia es ?la malicia del apetito concupiscible que le hace elegir malos deleites contra el dictamen de la razón?. Luego, por esta misma razón, la continencia ha de residir también en el apetito concupiscible.



2. A la segunda hay que decir: La voluntad es una especie de término medio entre la razón y el apetito concupiscible, pudiendo ser movida por ambos. El que practica la continencia es movido por la razón, mientras que el incontinente es movido por el apetito concupiscible. Por eso la continencia puede atribuirse a la razón como primer motor y la incontinencia al apetito concupiscible como primer motor, aunque ambos pertenecen a la voluntad como sujeto propio.



FUENTE:
Suma de Teología II-II, q.155, a.3


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)


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