Virtud > Libertad y virtud
RESUMEN:
La virtud no es mero acostumbramiento: ?La virtud tiene una estructura psicológica distinta de la costumbre que no cabe reducirla a habit. La costumbre o habit inclina a repetir un comportamiento determinado independientemente de la variación de las circunstancias; además, no implica una conciencia razonada, ni, por tanto, una elección ni una razón para obrar. La virtud en cambio es el hábito de elegir bien
La virtud no es mero acostumbramiento: ?La virtud tiene una estructura psicológica distinta de la costumbre que no cabe reducirla a habit. La costumbre o habit inclina a repetir un comportamiento determinado independientemente de la variación de las circunstancias; además, no implica una conciencia razonada, ni, por tanto, una elección ni una razón para obrar. La virtud en cambio es el hábito de elegir bien
COMENTARIO:
La virtud no es mero acostumbramiento: ?La virtud tiene una estructura psicológica distinta de la costumbre que no cabe reducirla a habit. La costumbre o habit inclina a repetir un comportamiento determinado independientemente de la variación de las circunstancias; además, no implica una conciencia razonada, ni, por tanto, una elección ni una razón para obrar. En cambio, la virtud potencia precisamente la conciencia del sujeto y, por tanto, su capacidad de elegir y de obrar conforme a razones. La virtud no inclina inmediatamente a acciones concretas, añadiendo a ellas, todo lo más una motivación pertinente, relativa precisamente a la rectitud. La virtud se relaciona con la acción sólo mediatamente, potenciando las facultades operativas con las que el sujeto genera interior y voluntariamente la acción (...). Para designar sin equívocos esta estructura psicológica de la virtud no existe mejor término que el de habitus, intraducible al castellano y que significa exactamente lo opuesto al término inglés habit. Habitus implica tanto una posesión como un modo de estar dispuesto hacia algo (cf. I-II, 49, 1c)? p. 172, por eso la virtud es el hábito de elegir bien. ?En cuanto a la estabilidad de la determinación introducida por el habitus, es por lo menos intrínseca, en el sentido en que el sujeto dispone de la inclinación al objetivo virtuoso, posee el principio que le permite producir acciones moralmente justas: aunque las acciones sean individualmente variables, no llega a ellas (a hacerlas bien) por azar o por razones contingentes, sino porque son concreciones singulares de su propia intención virtuosa? (p.173).
La virtud no es mero acostumbramiento: ?La virtud tiene una estructura psicológica distinta de la costumbre que no cabe reducirla a habit. La costumbre o habit inclina a repetir un comportamiento determinado independientemente de la variación de las circunstancias; además, no implica una conciencia razonada, ni, por tanto, una elección ni una razón para obrar. En cambio, la virtud potencia precisamente la conciencia del sujeto y, por tanto, su capacidad de elegir y de obrar conforme a razones. La virtud no inclina inmediatamente a acciones concretas, añadiendo a ellas, todo lo más una motivación pertinente, relativa precisamente a la rectitud. La virtud se relaciona con la acción sólo mediatamente, potenciando las facultades operativas con las que el sujeto genera interior y voluntariamente la acción (...). Para designar sin equívocos esta estructura psicológica de la virtud no existe mejor término que el de habitus, intraducible al castellano y que significa exactamente lo opuesto al término inglés habit. Habitus implica tanto una posesión como un modo de estar dispuesto hacia algo (cf. I-II, 49, 1c)? p. 172, por eso la virtud es el hábito de elegir bien. ?En cuanto a la estabilidad de la determinación introducida por el habitus, es por lo menos intrínseca, en el sentido en que el sujeto dispone de la inclinación al objetivo virtuoso, posee el principio que le permite producir acciones moralmente justas: aunque las acciones sean individualmente variables, no llega a ellas (a hacerlas bien) por azar o por razones contingentes, sino porque son concreciones singulares de su propia intención virtuosa? (p.173).
FUENTE:
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud (Libro) , , Ed.Eiunsa, 1992 Barcelona
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud (Libro) , , Ed.Eiunsa, 1992 Barcelona
FUENTE AMPLIADA:
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud Ed. Eiunsa, Barcelona, 1992 (1989)
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud Ed. Eiunsa, Barcelona, 1992 (1989)
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