RESUMEN:
El principio quasi material de la virtud es la disposición del apetito hacia una deteminada operación o pasión; y lo formal es la medida racional por la que el apetito se conforma a la razón. Por eso, en la otra vida, subsisitirán las virtudes en cuanto que la facultad apetitiva se moverá totalmente de acuerdo con el orden de la razón, aunque habrá apetitos que desaparezcan (como el sexual, o el nutritivo; porque no serán necesarios mantener la especie, ni la vida)


TEXTUAL:
[A la pregunta sobre si permanecen después de esta vida las virtudes morales, responde]

Pero él mismo [S. Agustín]afirma después que estas cuatro virtudes existen en la vida futura, aunque de otro modo.

Para esclarecimiento de ello hay que tener en cuenta que en estas virtudes hay algo formal y algo cuasi material. Lo material en estas virtudes es la inclinación de la parte apetitiva hacia las pasiones u operaciones según un modo determinado. Pero como este modo lo determina la razón, de ahí que lo formal en todas las virtudes sea el orden mismo de la razón.

Así, pues, hay que decir que estas virtudes morales en la vida futura no permanecen en cuanto a lo que hay de material en ellas, porque en la vida futura no tendrán lugar las concupiscencias y delectaciones de la alimentación y del sexo, como tampoco habrá temores y audacias de cara a los peligros de muerte, ni distribuciones y cambios de las cosas que se usan en la vida presente. Pero en cuanto a lo que hay de formal en ellas, permanecerán en estado perfectísimo en los bienaventurados después de esta vida, en el sentido de que la razón de cada uno será rectísima respecto de aquellas cosas que le conciernen a él en aquel estado, y la facultad apetitiva se moverá totalmente de acuerdo con el orden de la razón en las cosas concernientes a aquel estado. De ahí que San Agustín diga, en el lugar citado7, que la prudencia se dará allí sin peligro alguno de error; la fortaleza, sin la molestia de tolerar los males; la templanza, sin la rebelión de las concupiscencias. De modo que a la prudencia corresponderá no anteponer ni equiparar bien alguno a Dios; a la fortaleza, adherirse a El firmísimamente; a la templanza, no deleitarse en defecto dañoso alguno. En cuanto a la justicia es más fácil ver qué acto tendrá allí, a saber, estar sometido a Dios, ya que también en esta vida pertenece a la justicia estar sometido al superior.



COMENTARIO:
El principio quasi material de la virtud es la disposición del apetito hacia una deteminada operación o pasión; y lo formal es la medida racional por la que el apetito se conforma a la razón.


FUENTE:
Suma Teologica, I-II q.67, a.1, s.


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989


CLAVES: Virtud > Estructura de la virtud > Acto material y acto formal