RESUMEN:
Las virtudes disponen al hombre en orden a la bienaventuranza natural (virtudes humnanas) y sobre natural (virtudes teologales). Y entre las virtudes humanas también se encuentra la virtud de la religión por la que el hombre se dispone hacia Dios como Creador en la medida en que puede ser conocido por las fuerzas naturales de la razón y deseado naturalmente por la voluntad. Pero sólo se dispone a Dios como Padre en orden a la bienaventuranza sobrenatural gracias a las virtudes teologales.


TEXTUAL:
Ob. 3. Se llama virtudes teológicas a aquellas por las que nos ordenamos a Dios, que es el primer principio y el último fin de las cosas. Pero el hombre, por la misma naturaleza de la razón y de la voluntad, está ordenado al primer principio y al último fin. Luego la razón y la voluntad, para ordenarse a Dios, no requieren otros hábitos de virtudes teológicas.

Ad. 3. A la tercera hay que decir: La razón y la voluntad están naturalmente ordenadas a Dios, en cuanto que es principio y fin de la naturaleza, y según la proporción de la naturaleza. Pero en cuanto que es objeto de la bienaventuranza sobrenatural, la razón y la voluntad no están suficientemente ordenadas a El por su propia naturaleza.



FUENTE:
Suma Teologica, I-II q.62, a.1, ob.3 y ad.3


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989


CLAVES: Virtud > Adquiridas y teológicas