RESUMEN:
Nos avergonzamos más ante aquellos que conocen nuestras faltas por primera vez porque perdemos la buena fama que teníamos mientras no conocían nuestra falta, y también porque las cosas contrarias parecen mayores cuando se contrastan. Y nos averguenza más pedir a alguien por primera vez algo, por el miedo a que no nos lo den.


TEXTUAL:
ob 4. Incluso más: dice el Filósofo, en el mismo lugar (Reth, c.6, n.20), que ?los hombres sienten vergüenza especialmente ante aquellos que no les han visto desfallecer nunca, ante aquellos a los que piden algo por primera vez y ante aquellos cuya amistad requieren por primera vez? Ahora bien: todos éstos son los menos allegados. Luego el hombre no se avergüenza más ante los más allegados.



ad 4. A la cuarta hay que decir: Nos avergonzamos más incluso ante aquellos en cuya presencia no hicimos nada malo a causa del perjuicio consiguiente, es decir, porque podemos perder la buena opinión que tenían de nosotros. También porque las cosas contrarias parecen mayores cuando se contrastan. De ahí que, cuando se sabe algo torpe de una persona a la que se tenía por buena, ello se considere aún más deshonroso. En cuanto a aquellos a los que pedimos algo por primera vez, o cuya amistad procuramos por primera vez, nos avergonzamos ante ellos por el perjuicio que podría resultar, es decir, el no ver cumplida nuestra petición o no conseguir la amistad que nos proponemos.



FUENTE:
Suma de Teología II-II, q.144, a.3


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)


CLAVES: Templanza > Partes integrales > Vergüenza