RESUMEN:
Séneca en III De Benef. [c.40, DD 206]: «el más ingrato de todos es el que se ha olvidado.» Séneca en IV De Benef. (c.40), «quien nada quiere deber es un ingrato». Séneca en el III De Benef. [4. C.1: DD 166.], «el que se deja sorprender por el olvido demuestra bien a las claras que no pensó muchas veces en la recompensa».


TEXTUAL:
ARTICULO 1 ¿La ingratitud es siempre pecado?

Objeciones por las que parece que la ingratitud no siempre es pecado.

Ob 2. Más aún: depende del pecador todo pecado, porque, como dice San Agustín, nadie peca en lo que no puede evitar. Pero a veces el pecador no puede evitar la ingratitud, por ejemplo, cuando no tiene con qué recompensar. Tampoco depende de nosotros el olvido, pese a la frase de Séneca en III De Benef. [c.40, DD 206]: el más ingrato de todos es el que se ha olvidado. Luego la ingratitud no siempre es pecado.

Ob 3. Todavía más: no parece que comete pecado quien no quiere deber una cosa, según aquel dicho del Apóstol en Rom 13,8: No debáis nada a nadie. Pero, como dice Séneca en IV De Benef. (c.40), quien nada quiere deber es un ingrato. Luego no siempre la ingratitud es pecado.

Ad. 2 (...) Porque, como dice Séneca en el III De Benef. [4. C.1: DD 166.], el que se deja sorprender por el olvido demuestra bien a las claras que no pensó muchas veces en la recompensa.

Ad 3. A la tercera hay que decir. El deber de gratitud se deriva de una deuda de amor, de la que nadie debe querer que le absuelvan. De ahí que el hecho de que alguien cargue con tal deber de mala gana parece provenir de falta de amor a la persona que le ha hecho el beneficio.


FUENTE:
DE AQUINO, Tomas: Suma de Teologia II-II (b), Ed.BAC, 2001 Madrid II-II, q.107, a.1, ob.2y3, ad.2y3


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomas: Suma de Teologia II-II (b) Ed. BAC, Madrid, 2001 (1224)


CLAVES: Soberbia > Especies de la soberbia > Ingratitud