RESUMEN:
La soberbia está en el apetito irascible y en la voluntad. En el primero porque éste es motivado por el apetito de un bien que tiene una cierta prioridad sobre los demás bienes de los sentidos, por lo que potestativamente no se atiende a estos, para satisfacer el apetito de un bien que se considera superior. Y cuando ese bien sensible es apetecido desmedidamente y la voluntad lo secunda y no lo frena, entonces hay soberbia, que es un apetito desmedido de la propia excelencia.


TEXTUAL:
RESPUESTA:

§2 (...) Mas la operación de la facultad apetitiva consiste en que lo que apetece se mueve hacia la cosa apetecida. Y es manifiesto que esto de que alguien tienda desordenadamente a su propia excelencia, como magnificándose a sí mismo, pertenece propiamente a la soberbia, según aquello de Salmos, IX, 18: "Haces justicia al huérfano y al oprimido, para que no vuelva a magnificarse el hombre sobre la tierra".

(...)

Ahora bien, existe cierta facultad aprehensiva de los universales, es decir, el intelecto o razón; y cierta facultad aprehensiva de los singulares, es decir, los sentidos o la fantasía; de donde, consecuentemente, existe una doble facultad apetitiva: una, que está en la parte racional, que se llama voluntad; y otra que está en la parte sensitiva, que se llama sensualidad, o apetito sensitivo. Luego, el apetito racional, que es la voluntad, tiene por propia razón de su objeto el bien universal; y por esto no se divide en muchas potencias. Pero el apetito sensitivo no alcanza a la razón universal de bien, sino a algunas razones particulares de bien sensible o imaginable; por lo que es necesario que según las diversas razones particulares de este tipo de bien, se distinga el apetito sensitivo; pues algo tiene razón de apetecible debido a que es deleitable según el sentido, y según esta razón de bien, es un objeto concupiscible; también otra cosa tiene razón de apetecible debido a que tiene cierta grandeza imaginada por el animal, a fin de que pueda repeler todo lo nocivo, y servirse del propio bien potestativamente [por ejemplo uno puede no dar satisfacción a un apetito sensitivo determinado para satisfacer otro que estima mayor]. Por esto precisamente [el animal a veces se mueve a obrar sin ninguna] delectación de sentido, e incluso algunas veces, está acompañada de algún dolor sensible, como cuando el animal lucha para vencer; Y SEGÚN ESTA RAZÓN DE BIEN IMAGINADO SE TOMA EL OBJETO DEL IRASCIBLE. Ahora, es manifiesto que todo lo particular está contenido bajo lo universal, y no al revés; por lo que a cualquier cosa a la que tienda el irascible o el concupiscible puede también tender la voluntad, y ésta última a muchas otras. La voluntad tiende a su objeto sin pasión, debido a que no se sirve de un órgano corporal; mas el irascible y el concupiscible tienden al suyo con pasión; y por ello todos los movimientos que hay en el irascible y el concupiscible con pasión, como el amor, la alegría, la esperanza y otros de este tipo, pueden existir en la voluntad sin pasión.



(...) Si perteneciera a la soberbia la sola excelencia de lo sensible o imaginable, habría que poner la soberbia sólo en el irascible. Pero debido a que la soberbia guarda también relación con la excelencia inteligible que hay en los bienes espirituales, como dice Gregorio en el libro XXXIII de sus "Morales", y lo que es más, se encuentra también en las sustancias espirituales, en las cuales no se encuentra el apetito sensitivo, por eso es necesario decir que la soberbia también está en la voluntad en la medida en que atiende a la excelencia inteligible, y en cuanto que se encuentra en los demonios.



FUENTE:
CLAVES, Claves: claves (Libro) , , Ed., 2004 q.8 [Sobre los vicios capitales], a.3 [Si la soberbia está en el apetito irascible]


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)


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