RESUMEN:
La embriaguez, en cuanto se la considera de suyo, aparta a la razón de Dios en acto, a saber, de modo que la razón, mientras dura la embriaguez, no pueda dirigirse hacia Dios. Y puesto que el hombre no está obligado a dirigir siempre en acto su razón hacia Dios, por esto la embriaguez no siempre es pecado mortal; sino cuando el hombre se embriaga asiduamente


TEXTUAL:
Ad. 1.(...) la embriaguez, en cuanto se la considera de suyo, aparta a la razón de Dios en acto, a saber, de modo que la razón, mientras dura la embriaguez, no pueda dirigirse hacia Dios. Y puesto que el hombre no está obligado a dirigir siempre en acto su razón hacia Dios, por esto la embriaguez no siempre es pecado mortal; sino cuando el hombre se embriaga asiduamente, parece que no cuida que su razón se dirija a Dios, y en tal estado, la embriaguez es pecado mortal: así, pues, parece que por la delectación del vino el hombre desprecia el tener que dirigir su razón hacia Dios.


FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.7 [Sobre el pecado venial], a.4 [Si las circunstancias pueden convertir en mortal un pecado venial], s.


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)


CLAVES: Salud > Drogas > Embriaguez