TEXTUAL:
VI, 9, §900. (...) La sabiduría y la prudencia contribuyen en algo a la felicidad, pero se presentó un ejemplo que no era acertado. Pues la sabiduría o la prudencia no se relacionan con la felicidad, como el arte de la medicina se relaciona con la salud, sino más bien como la salud se relaciona con las acciones sanas. Pues el arte de la medicina produce la salud como cierta obra externa realizada, pero la salud produce operaciones sanas como cierto uso del hábito de la salud. Ahora bien, la felicidad no es una obra externa realizada, sino una operación que procede del hábito de virtud. De allí que, como la sabiduría sea cierta clase de virtud, en general, se sigue que, por lo mismo que alguien tiene sabiduría y obra de acuerdo a ella, es feliz. La misma razón vale para la prudencia. Pero, especialmente, se expresa de la sabiduría, pues en su operación consiste la felicidad más alta, como se dirá en el libro décimo (Eth.Nic.,X, 8, 1178 b 9-29).


COMENTARIO:
La sabiduría (y en menor medida también la prudencia) se relacionan con la felicidad, no como la medicina con las acciones sanas, sino como la salud con las acciones sanas


FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona VI, 9, §900


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)


CLAVES: Sabiduría > Felicidad y sabiduría