RESUMEN:
El relativismo es reforzado, hasta con un cierto marchamo de religiosidad, por la teología negativa asiática, según la cual lo Divino es absolutamente trascendente y no puede ser conocido desde este mundo más que en apariencias. A su vez el relativismo occidental refuerza esa visión de la teología negativa. Cristo es uno más entre las muchas imágenes y destellos de la divinidad en este mundo. Oponerse a esta visión es oponerse a la democracia, al diálogo, a la tolerancia, a la coexistencia de culturas iguales: el cristiano por lo tanto sería el enemigo número uno de la modernidad.



TEXTUAL:
p.108

§2 En el pensamiento de J. Hick -que consideramos aquí por ser un destacado representante del relativismo religioso-, la filosofía posmetafísica de Europa entra en contacto curiosamente con la teología negativa de Asia, para la cual lo Divino no puede entrar nunca, él mismo y desvelado, en el mundo de apariencias en que nosotros vivimos: únicamente se muestra en reflejos relativos, y permanece, él mismo, más allá de todas las palabras y más allá de todos los conceptos, en absoluta trascendencia. Ambas filosofías [la posmetafísica europea y la teología negativa asiática], por su punto de partida y por la dirección que dan previamente a la existencia humana, son fundamentalmente diferentes. Pero parecen confirmarse mutuamente en su relativismo metafísico y religioso. El relativismo arreligioso y pragmático de Europa y América puede tomar prestada de la India una especie de consagración religiosa, que parece conferir a su renuncia al dogma la dignidad de un respeto superior ante el misterio de Dios y del hombre. A su vez, el recurso del pensamiento europeo y americano a la visión filosófica y teológica de la India repercute, reforzándola, en la relativización de todos los personajes religiosos que pertenecen a la herencia india. Y así, para la teología cristiana en la India parece también obligado hacer salir de su carácter único a la prestigiosa figura de Cristo y situarla en un rango igual al de los mitos indios de la redención: el Jesús histórico (así se piensa ahora) no es sencillamente el Logos por excelencia, como tampoco lo son otras figuras de redentores que aparecen en la historia. El hecho de que el relativismo se muestre aquí bajo el signo del encuentro entre las culturas y parezca recomendarse como la verdadera filosofía de la humanidad, le confiere a ojos vistas (como ya se indicó anteriormente), en Oriente y en Occidente, un poder de impacto tal, que no parece permitir ya ninguna resistencia. El que se opone a él no sólo se está oponiendo a la democracia y a la tolerancia, es decir, a los preceptos fundamentales de la convivencia humana, sino que además persiste obstinadamente en la preeminencia de su propia cultura occidental y se cierra así a la coexistencia de las culturas, que es precisamente el precepto de la modernidad. Aquél que quiere permanecer fiel a la Biblia y a la Iglesia, se siente desplazado, por de pronto, a una «tierra de nadie» cultural, y tendrá que arreglárselas de nuevo con la «necedad de Dios» (1 Cor 1, 18), a fin de conocer en ella cuál es la verdadera sabiduría.



FUENTE:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia (Libro) , , Ed.Ed. Sígueme, 2005 Salamanca II. LA CUESTIÓN DE LA VERDAD Y DE LAS RELIGIONES. 1 Las nuevas problemáticas surgidas durante el decenio de 1990. Sobre la situación de la fe y la teología hoy. *El recurso a las religiones de Asia


FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia Ed. Ed. Sígueme, Salamanca, 1985 (1983)


CLAVES: Relativismo ético > Recurso a las religiones asiáticas