Razón práctica > Virtud y razón práctica
RESUMEN:
El intelecto práctico es sujeto de la virtud en el sentido de que por él se aprecian como bienes en CADA INSTANTE, y no sólo en general, los que realmente son bienes. existiendo ciertamente la ciencia [práctica], puede [con todo] ocurrir que en el acto particular el juicio de la razón sea desvirtuado y que [la razón] no juzgue rectamente; y a causa de esto se dice que [la ciencia práctica] poco aprovecha a la virtud, porque aunque ella exista sucede que el hombre peca contra la virtud. PERO ES PERTINENTE A LA PRUDENCIA JUZGAR CON RECTITUD ACERCA DE CADA UNA DE LAS OPERACIONES EN CUANTO QUE DEBEN SER REALIZADAS DE INMEDIATO, Y DICHO JUICIO CIERTAMENTE SE CORROMPE POR CUALQUIER PECADO
El intelecto práctico es sujeto de la virtud en el sentido de que por él se aprecian como bienes en CADA INSTANTE, y no sólo en general, los que realmente son bienes. existiendo ciertamente la ciencia [práctica], puede [con todo] ocurrir que en el acto particular el juicio de la razón sea desvirtuado y que [la razón] no juzgue rectamente; y a causa de esto se dice que [la ciencia práctica] poco aprovecha a la virtud, porque aunque ella exista sucede que el hombre peca contra la virtud. PERO ES PERTINENTE A LA PRUDENCIA JUZGAR CON RECTITUD ACERCA DE CADA UNA DE LAS OPERACIONES EN CUANTO QUE DEBEN SER REALIZADAS DE INMEDIATO, Y DICHO JUICIO CIERTAMENTE SE CORROMPE POR CUALQUIER PECADO
TEXTUAL:
ARTÍCULO VI En sexto lugar se pregunta si en el intelecto práctico está la virtud como en su sujeto. Y parece que no:
1. Porque según el Filósofo en Ética. II, el saber, poco o nada aprovecha a la virtud. Pero allí [el
Filósofo] habla acerca de la ciencia práctica; lo cual resulta manifiesto por lo que añade, que muchos no obran esas cosas de las que tienen ciencia, pues la ciencia ordenada al obrar es del intelecto práctico. Por lo tanto, el intelecto práctico no podrá ser sujeto de virtud.
1. A LO PRIMERO, por lo tanto, se ha de decir que allí el Filósofo habla acerca de la ciencia práctica. Pero la prudencia implica más que la ciencia práctica, pues a la ciencia práctica pertenece el juicio universal acerca de lo que se debe obrar, como que la fornicación es mala, que no se debe hurtar, y otros juicios de esta clase. Por lo cual existiendo ciertamente la ciencia [práctica], puede [con todo] ocurrir que en el acto particular el juicio de la razón sea desvirtuado y que [la razón] no juzgue rectamente; y a causa de esto se dice que [la ciencia práctica] poco aprovecha a la virtud, porque aunque ella exista sucede que el hombre peca contra la virtud.
PERO ES PERTINENTE A LA PRUDENCIA JUZGAR CON RECTITUD ACERCA DE CADA UNA DE LAS OPERACIONES EN CUANTO QUE DEBEN SER REALIZADAS DE INMEDIATO, Y DICHO JUICIO CIERTAMENTE SE CORROMPE POR CUALQUIER PECADO. Por ello, si la prudencia permanece, el hombre no peca; por lo que la [prudencia] misma no tiene poca sino mucha importancia para la virtud; más aún, causa la virtud misma, como se dijo.
ARTÍCULO VI En sexto lugar se pregunta si en el intelecto práctico está la virtud como en su sujeto. Y parece que no:
1. Porque según el Filósofo en Ética. II, el saber, poco o nada aprovecha a la virtud. Pero allí [el
Filósofo] habla acerca de la ciencia práctica; lo cual resulta manifiesto por lo que añade, que muchos no obran esas cosas de las que tienen ciencia, pues la ciencia ordenada al obrar es del intelecto práctico. Por lo tanto, el intelecto práctico no podrá ser sujeto de virtud.
1. A LO PRIMERO, por lo tanto, se ha de decir que allí el Filósofo habla acerca de la ciencia práctica. Pero la prudencia implica más que la ciencia práctica, pues a la ciencia práctica pertenece el juicio universal acerca de lo que se debe obrar, como que la fornicación es mala, que no se debe hurtar, y otros juicios de esta clase. Por lo cual existiendo ciertamente la ciencia [práctica], puede [con todo] ocurrir que en el acto particular el juicio de la razón sea desvirtuado y que [la razón] no juzgue rectamente; y a causa de esto se dice que [la ciencia práctica] poco aprovecha a la virtud, porque aunque ella exista sucede que el hombre peca contra la virtud.
PERO ES PERTINENTE A LA PRUDENCIA JUZGAR CON RECTITUD ACERCA DE CADA UNA DE LAS OPERACIONES EN CUANTO QUE DEBEN SER REALIZADAS DE INMEDIATO, Y DICHO JUICIO CIERTAMENTE SE CORROMPE POR CUALQUIER PECADO. Por ello, si la prudencia permanece, el hombre no peca; por lo que la [prudencia] misma no tiene poca sino mucha importancia para la virtud; más aún, causa la virtud misma, como se dijo.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud (Libro) , , Ed.Eunsa, 08/2000 Pamplona VI
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud (Libro) , , Ed.Eunsa, 08/2000 Pamplona VI
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud Ed. Eunsa, Pamplona, 2000
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud Ed. Eunsa, Pamplona, 2000
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