Lo natural como sinónimo de lo espontáneo, no era, sin embargo, el principal sentido de lo secundum naturam en Santo Tomás, no ya en el orden de lo humano, sino también en el orden de la naturaleza. Precisamente conviene comenzar por aquí, para entender el sentido profundo que «lo natural» tiene en Santo Tomás. Así pues, al hilo de Aristóteles, el Aquinate apunta: «se llaman secundum naturam tanto los sujetos que tienen su ser por naturaleza, como los accidentes que inhieren en aquellos, causados por un principio de este tipo (la naturaleza); como el ser llevado hacia arriba no es la misma naturaleza, ni tiene naturaleza, sino que es causado por la naturaleza (causatum a natura)»77. In Phys. Ar., II, cap. I, lectio I, n. 7 (Leonina); n. 147 (Marietti).
De acuerdo con lo anterior, secundum naturam es, en sentido amplio, lo natural como adjetivo. Natural es lo que tiene a la naturaleza como principio intrínseco y per se; por tanto, con ello se excluye tanto el arte y lo que es ab arte78 Cfr. In Phys. Ar., II, cap. I, lectio I, n. 2 (Leonina); n. 142 (Marietti). , como lo que es a casu79 Cfr. In Phys. Ar., II, cap. VI, lectio X, n. 12 (Leonina); n. 237 (Marietti). Así, pueden llamarse secundum naturam los sujetos cuya causa es la naturaleza –por ejemplo un árbol, un animal cualquiera–; pero también es secundum naturam lo que se sigue de ellos en virtud de este principio, es decir, lo que se sigue per se, y no per accidens80: sean ciertos accidentes (tal color, tal tamaño), sean determinadas operaciones (comer, moverse, conocer), o sin más ciertos movimientos (y así es natural el movimiento del fuego hacia arriba).
Ana Marta GONZÁLEZ, Moral, razón y naturaleza, 2ª ed., Eunsa, Pamplona 2006, p. 53