RESUMEN:
«Lo que separa al protestantismo de la tradición teológica que le precede, es, ante todo, el rechazo de la integración por asunción y asimilación de las virtudes humanas en el seno de la moral cristiana, que había sido constantemente realizada por la teología de toda la historia precedente.»


TEXTUAL:
p.342, §.4 Lo que separa al protestantismo de la tradición teológica que le precede, es, ante todo, el rechazo de la integración por asunción y asimilación de las virtudes humanas en el seno de la moral cristiana, que había sido constantemente realizada por la teología de toda la historia precedente. Una vez establecida la primacía de la fe y de la caridad, en un debate siempre dramático, esta integración comenzó por san Pablo y se desarrolló en los Padres griegos y latinos, hasta la teología de la Edad Media, en la que se asimiló la moral de Aristóteles. Sin duda, esta empresa no careció de peligros. Debía ser continuamente revisada para asegurar la trascendencia de la fe; pero era necesaria como encarnación de la fe.

(...)

p.343, §.1 (...) De alguna manera, cortó en dos la moral cristiana anterior al poner aparte la fe, y al arrojar, como carente de valor, cuando no peligroso, toda la doctrina sobre las virtudes, todo lo que se puede colocar bajo la denominación de ética o de moral, la cual aparecía, por otra parte, desde Ockham, en una perspectiva esencialmente legalista.



FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona Cap. XII La moral católica y la ética protestante


FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)


CLAVES: Protestantismo > Separación entre fe y obras > Negación del valor de las virtudes