RESUMEN:
El no ser no puede ser causa directa de algo; pero puede ser causa indirecta, como remoción de los impedimentos. Por otra parte, la voluntad no puede ir tras aquello que es totalmente desconocido; pero, si hay algo que en parte es conocido y en parte desconocido, la voluntad puede quererlo.


TEXTUAL:
Por las que parece que la ignorancia no puede ser causa de pecado:

ob1. Porque lo que no es, no es causa de nada. Pero la ignorancia es «no ser», pues es una cierta privación de conocimiento. Luego la ignorancia no es causa de pecado.

ob.3. Más aún: Todo pecado se verifica en la voluntad, como hemos dicho más arriba (q.74 a.1). Pero la voluntad no se va sino tras algo conocido, porque el objeto de la voluntad es el bien conocido. Luego la ignorancia no puede ser causa de pecado.



Respuesta a las objeciones:

1. A la primera hay que decir: El no ser no puede ser causa directa de algo; pero puede ser causa indirecta, como remoción de los impedimentos.

3. A la tercera hay que decir: La voluntad no puede ir tras aquello que es totalmente desconocido; pero, si hay algo que en parte es conocido y en parte desconocido, la voluntad puede quererlo. Y de este modo es la ignorancia causa del pecado; por ejemplo, cuando uno sabe que es un hombre aquel a quien mata, pero no sabe que es su padre; o cuando uno sabe que un acto es deleitable, mas no sabe que sea pecado.



FUENTE:
Suma de Teología I-II q.76, a.1, ob.1 y 3, y ad.1 y ad.3


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989


CLAVES: Pecado > Causas > Ignorancia como una causa