RESUMEN:
«La paz (...) implica la remoción de lo que dificulta e impide la consecución del bien; y, por el hecho mismo de desear algo, se desea también que se aparte cuanto lo impide. Por consiguiente, a la vez y con el mismo apetito se apetece el bien, la belleza y la paz»

TEXTUAL:
Arg. 12 La naturaleza está determinada a una sola cosa, si, por tanto, las cosas apetecieran por naturaleza el bien, no deberían apetecer por naturaleza ninguna otra cosa. Pero por naturaleza todas las cosas apetecen la paz, como demuestran Agustín, en el libro XIX De civ. Dei [c.12], y Dionisio en el cap. 12 De Div. nom. [c.11 §1]; y también todas las cosas desean la belleza, como también enseña Dionisio en .el cap. 4 De div. nom. [§19]. Luego no todas las cosas apetecen el bien.

Ad. 12 Que el apetito se complete en el bien, en la paz y en la belleza no es que se complete en cosas distintas, pues por el hecho mismo de apetecer el bien se apetecen también la belleza y la paz; la belleza, en efecto, en cuanto que está modificada y especificada en sí misma, y esto se incluye en la razón de bien; el bien, por su parte, añade un orden perfectivo hacia otros [addit ordinem perfectivi ad alia]. Por eso quien desea el bien, desea por eso mismo la belleza. La paz, a su vez, implica la remoción de lo que dificulta e impide la consecución del bien; y, por el hecho mismo de desear algo, se desea también que se aparte cuanto lo impide. Por consiguiente, a la vez y con el mismo apetito se apetece el bien, la belleza y la paz.

FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 (Libro) , , Ed.BAC, 2003 Madrid Q. sobre el apetito del bien, art.1 Si todas las cosas apetecen el bien (De Veritate, q.22)

FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 Ed. BAC, Madrid, 2003