RESUMEN:
Las obra buena es tanto más buena cuanto más conformes con la razón sean las potencias que intervienen en ella. Por eso, si una obra buena se hace con gozo, es más buena que si se hace con tristeza. Por eso es más virtuoso quien hace el bien con alegría, que quien lo hace a contrapelo.


TEXTUAL:
(...) Puesto que el bien del hombre consiste en la razón como en su raíz, tanto más perfecto será este bien cuanto pueda extenderse a más cosas pertenecientes al hombre. Por lo que nadie duda que es propio de la perfección del bien moral el que los actos de los miembros exteriores se regulen por la razón. De ahí que, pudiendo el apetito sensitivo obedecer a la razón, como se ha dicho anteriormente (q.17 a.7), pertenezca a la perfección del bien moral o humano que también las mismas pasiones del alma sean reguladas por la razón. Por lo tanto, así como es mejor que el hombre no sólo quiera el bien, sino que también lo realice por un acto exterior, de igual modo pertenece a la perfección del bien moral que el hombre se mueva al bien no sólo según la voluntad, sino también según el apetito sensitivo, conforme a aquello del Sal 83,3: Mi corazón y mi carne se regocijaron en el Dios vivo, de manera que entendamos por corazón el apetito intelectivo, y por carne, el apetito sensitivo.


FUENTE:
Suma Teologica, I-II q.24, a.3, s.


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989


CLAVES: Pasiones humanas > Bondad o maldad de las pasiónes