p. 93 El estoicismo propugnaba la autosuficiencia, la autarquía individual del sabio. En cambio, para Aristóteles, la autarquía era una condición que sólo correspondía propiamente a la polis, no al hombre individual. Si el hombre es un animal político, la plenitud humana no puede ser un ideal de autosuficiencia, no puede consistir en un bastarse a sí mismo frente a la suerte que pueda correr la polis. Por el contrario, la plenitud humana sólo puede ser un ideal de sociabilidad, de ciudadanía: la perfección de nuestra esencial ligación y dependencia respecto de otros.