RESUMEN:
El conocimiento moral reclama una cierta predisposición virtuosa del investigador, una cierta "simpatía" hacia la virtud.


TEXTUAL:
97, §.3 Sin duda es preciso ir todavía más lejos y decir que el conocimiento moral reclama un compromiso personal del propio moralista, pues las realidades de las que se ocupa no pueden ser conocidas convenientemente sin una cierta experiencia [virtud adquirida]. Por esta causa, Aristóteles creía que los jóvenes eran ineptos para la ciencia moral, al estar faltos de la experiencia humana suficiente. Las virtudes, por ejemplo, no atraen a aquellos que no las ejercen; más bien les desaniman por sus exigencias que soportan mal. No pueden comprenderlas y estimarlas porque no han aprendido a amarlas. [Subrayado de Diego POOLE]


FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona INTRODUCCIÓN, Cap. III, El carácter humano de la teología moral, 1. Distinción entre la moral y las ciencias humanas


FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)


CLAVES: Moral > Positivismo y moral