Moral > Por qué cuidar la moral
RESUMEN:
El cultivo de la ética no puede reducirse al tratamiento de los estrictos deberes de justicia, dejando a cada uno que se organice su vida como quiera, donde no hay más criterio que los gustos personales de cada cual. Y esto por dos motivos: 1º) Porque la virtud de la justicia se gesta también en la vida privada (por ejemplo, la pornografía) y 2º) Porque hay una plenitud humana posible objetiva a la que contribuyen todas las virtudes, y por el mismo motivo que se respeta y se fomenta el bien de cada cual con la justicia para que pueda preservarse y desarrollarse en plenitud cada uno, por el mismo motivo habrá que ayudar a la gente a cuidar también las otras virtudes.
El cultivo de la ética no puede reducirse al tratamiento de los estrictos deberes de justicia, dejando a cada uno que se organice su vida como quiera, donde no hay más criterio que los gustos personales de cada cual. Y esto por dos motivos: 1º) Porque la virtud de la justicia se gesta también en la vida privada (por ejemplo, la pornografía) y 2º) Porque hay una plenitud humana posible objetiva a la que contribuyen todas las virtudes, y por el mismo motivo que se respeta y se fomenta el bien de cada cual con la justicia para que pueda preservarse y desarrollarse en plenitud cada uno, por el mismo motivo habrá que ayudar a la gente a cuidar también las otras virtudes.
COMENTARIO:
La ciencia moral no puede abstenerse de entrar en el análisis de esa relativa autonomía con el pretexto de que cada uno en su vida privada es libre de administrarse como quiera. Esta sería la respuesta típica de las éticas liberales o utilitaristas, que reducen la moralidad a la justicia. Y no puede renunciar a entrar en ese reducto aparentemente privado por, al menos dos motivos. Primero, porque sin una disciplina personal de la vida ?privada? las pasiones inducirían también a violar los deberes de justicia (basta pensar en el permisivismo sexual y en la correlativa proliferación de atentados contra la integridad sexual); y en segundo lugar, porque el respeto a la autonomía de cada uno no tiene su fundamento en sí misma, sino en cuanto que es condición necesaria para la realización personal integral en Dios. Es preciso por lo tanto reconocer junto a los deberes de justicia legales o perfectos, otros imperfectos, utilizando la terminología de Kant, en virtud de los cuales también se debe algo a las demás personas, pero un algo que es menos determinable con exactitud. Y se les debe, ya no tanto para la existencia autónoma de las personas, sino para su perfección o plenitud, de la cual reciben su sentido también los mismos deberes de justicia.
La ciencia moral no puede abstenerse de entrar en el análisis de esa relativa autonomía con el pretexto de que cada uno en su vida privada es libre de administrarse como quiera. Esta sería la respuesta típica de las éticas liberales o utilitaristas, que reducen la moralidad a la justicia. Y no puede renunciar a entrar en ese reducto aparentemente privado por, al menos dos motivos. Primero, porque sin una disciplina personal de la vida ?privada? las pasiones inducirían también a violar los deberes de justicia (basta pensar en el permisivismo sexual y en la correlativa proliferación de atentados contra la integridad sexual); y en segundo lugar, porque el respeto a la autonomía de cada uno no tiene su fundamento en sí misma, sino en cuanto que es condición necesaria para la realización personal integral en Dios. Es preciso por lo tanto reconocer junto a los deberes de justicia legales o perfectos, otros imperfectos, utilizando la terminología de Kant, en virtud de los cuales también se debe algo a las demás personas, pero un algo que es menos determinable con exactitud. Y se les debe, ya no tanto para la existencia autónoma de las personas, sino para su perfección o plenitud, de la cual reciben su sentido también los mismos deberes de justicia.
FUENTE:
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud (Libro) , , Ed.Eiunsa, 1992 Barcelona
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud (Libro) , , Ed.Eiunsa, 1992 Barcelona
FUENTE AMPLIADA:
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud Ed. Eiunsa, Barcelona, 1992 (1989)
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud Ed. Eiunsa, Barcelona, 1992 (1989)
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