RESUMEN:
Francisco Suárez contribuyó a extender la idea de que la moral cristiana era radicalmente una moral natural, que no precisaba de la Revelación para justificarse.


TEXTUAL:
p. 139, §.1 Si es cierto que el cambio de perspectiva llevado a cabo por el Concilio fue el desencadenante de la crisis de la moral cristiana, es necesario, sin embargo, convenir que sus bases habían sido puestas tiempo atrás. Desde finales del siglo XVI, Francisco Suárez (que representa «la parte más grande de los modernos», según Bossuet), enseñaba, apoyándose en un texto de santo Tomás interpretado a su modo, que Cristo, en la nueva Ley, no había añadido ningún precepto natural positivo, a la Ley antigua, el Decálogo y la ley natural, y que incluso se podrían reducir a una obligación natural los preceptos relativos a la fe en Cristo, a la. Eucaristía, etc. [cf. Suárez, Opera, t.6, lib. X, c.2]



p.139 Este modo de pensar se acomoda a la corriente humanista que predominó en la moral católica postridentina. Su insistencia en la ley natural tuvo ciertamente la ventaja de manifestar el carácter racional y el alcance universal de la moral católica; pero su desatención de las fuentes y de las bases propiamente cristianas preparó el debate actual, la reducción de la moral cristiana a una moral simplemente racional.





FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona La Existencia y especificidad de la moral cristiana. 1. Planteamiento del problema


FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)


CLAVES: Moral > Moral cristiana > Especificidad de la moral cristiana