RESUMEN:
Pinkaers reivindica la consideración de las virtudes teologales en el estudio de las virtudes morales, en la medida en que por ellas el hombre se dispone adecuadamente hacia el fin último de su vida, que consiste en la comunión bienaventurada de los hombres con Dios. Pinkaers sigue a Sto. Tomás cuando afirma que el hombre es naturalmente cristiano porque ha sido creado en vista de Cristo.


TEXTUAL:
[El hombre es naturalmente cristiano por haber sido creado en vista de Cristo]



p.143, §.2 La distinción [entre moral natural y moral cristiana] tal como ha sido comúnmente entendida, no permite en realidad mostrar cómo lo que hay de específicamente cristiano penetra y actúa en los actos concretos, en los dominios regidos por las virtudes y las normas particulares, o sea cómo la fe y la caridad, en particular, son virtudes verdaderamente prácticas, capaces de asumir, y a la vez, transformar las virtudes y los valores humanos. Más bien, el interés principal parece ser el de garantizar la autonomía de éstos respecto del dato cristiano. Se observa aquí la permanente división entre la espiritualidad y la moral. Se acepta una espiritualidad cristiana, se recomienda; pero no puede intervenir en las normas del obrar concreto, categorial.



FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona La Existencia y especificidad de la moral cristiana. 1. Planteamiento del problema


FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)


CLAVES: Moral > Moral cristiana > Especificidad de la moral cristiana