TEXTUAL:
460 El hombre, pues, no debe olvidar que «su capacidad de transformar y, en cierto sentido, de "crear" el mundo con el propio trabajo [...] se desarrolla siempre sobre la base de la primera y originaría donación de las cosas por parte de Dios». (1)

Si el hombre interviene sobre la naturaleza sin abusar de ella ni dañarla, se puede decir que «interviene no para modificar la naturaleza, sino para ayudarla a desarrollarse en su línea, la de la creación, la querida por Dios. Trabajando en este campo, sin duda delicado, el investigador se adhiere al designio de Dios. Dios ha querido que el hombre sea el rey de la creación»(2). (...)



(1) JUANPABLO II, Carta enc. Centesimus annus, 37: AAS 83 (1991) 840.

(2) JUAN PABLO II, Discurso a la 35.a Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (29-10-1983), 6: AAS 76 (1984) 394.



FUENTE:
IUSTITIA ET PAX, Pontificio Consejo: Compendio de doctrina social de la Iglesia (Libro) , , Ed.Planeta, 2005 Barcelona 460


FUENTE AMPLIADA:
IUSTITIA ET PAX, Pontificio Consejo: Compendio de doctrina social de la Iglesia Ed. Planeta, Barcelona, 2005


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