RESUMEN:
Tres razones por las que el mal obrado con malicia es peor que el que se hace por debilidad: 1ª) Porque lo hecho por malicia es más voluntario que lo hecho por debilidad; 2º) Porque quien obrar con malicia presupone un cierto hábito, y por lo tanto es más difícil de corregir que quien obra con debilidad, pues en cuanto cesa la pasión, se da cuenta de su error y se arrepiente; 3º) Porque quien obra con malicia falla en los principios del obrar, y por eso es incapaz de orientar sus obras.


TEXTUAL:
RESPUESTA. Debe decirse que el pecado cometido por malicia, es más grave que el pecado cometido por debilidad. La razón de esto aparece de tres maneras:

PRIMERO, ciertamente, porque si se dice que voluntario es aquello cuyo principio está en uno mismo, cuanto más está el principio del acto en el agente mismo, tanto más voluntario es, y por consiguiente, tanto más pecado es, si el acto es malo.

Ahora, es manifiesto por lo antes dicho, que cuando alguien peca por pasión, el principio del pecado es la pasión que hay en el apetito sensitivo, y así de este modo, el principio es extrínseco a la voluntad; pero CUANDO PECA POR HÁBITO (QUE ES PECAR POR MALICIA), entonces la voluntad por sí misma tiende al acto de pecado, como si estuviera totalmente inclinada por un hábito a modo de una inclinación natural hacia el acto de pecado, de donde el pecado es más voluntario, y por consiguiente más grave.

SEGUNDO, porque tratándose de aquel que peca por debilidad o por pasión, la voluntad se inclina hacia el acto de pecado mientras dura la pasión; pero al instante en que se aparta de la pasión, que pasa rápidamente, la voluntad se aparta de dicha inclinación, y vuelve al bien propuesto, arrepentida del pecado cometido; pero tratándose de aquel que peca por malicia, la voluntad se inclina hacia el acto de pecado permaneciendo el hábito, que no pasa, sino que persevera, como cierta forma ya inmanente y hecha connatural. Por lo que, quienes así pecan, perseveran en su voluntad de pecar, y no se arrepienten fácilmente; y por esto el Filósofo en el libro VII de la Ética, compara al intemperante con aquél que continuamente sufre su enfermedad, como el tísico o el hidrópico; mas compara al incontinente con aquel que se duele por cierto tiempo y no continuamente, como el epiléptico. Y así es manifiesto que más grave y más peligrosamente peca el que peca por malicia, que aquel que peca por debilidad.

TERCERO, porque aquel que peca por debilidad, tiene su voluntad ordenada a un fin bueno, pues propone un fin bueno y lo busca, pero a veces se aparta de lo propuesto por causa de una pasión; en cambio aquel que peca por malicia, tiene su voluntad ordenada a un fin malo, pues tiene el firme propósito de pecar. Ahora, es manifiesto que el fin en las cuestiones apetecibles y realizables es equivalente al principio en las cuestiones especulativas, como dice el Filósofo en el libro II de la Física [c.15, 200a, 34-200b, 1]. Pero el que se equivoca en los principios ignora gravísima y peligrosamente, pues no puede conducirse por ellos. Pero aquél que se equivoca sólo acerca de las conclusiones y no en los principios, puede conducirse por medio de ellos.





FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.3 [Sobre la causa del pecado], a.13 [Si quien peca por malicia peca más gravemente que quien peca por debilidad], s.


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)


CLAVES: Mal > Malicia > Debilidad y malicia