RESUMEN:
«Así como las cosas pesadas y las ligeras no se mueven a sí mismas de modo que pueda decirse que son causa de su movimiento, tampoco los animales juzgan su propio juicio, sino que SIGUEN EL JUICIO IMPRESO EN ELLOS POR OTRO; de donde no son causa de su albedrío ni tienen libertad de albedrío. En cambio el hombre, mediante su inteligencia, juzga de lo que ha de hacerse, y puede juzgar también a su albedrío en cuanto conoce la razón de ser del fin y de cuanto depende de él, así como la relación y el orden de uno a otro. Por eso es causa de sí mismo no sólo en cuanto al movimiento, sino también en el acto de juzgar.»


TEXTUAL:
ÁRTICULO 1 ¿Tiene el hombre libre albedrío?

SOLUCIÓN

§4 Dentro de las cosas que se mueven por sí mismas, los movimientos de unas proceden del juicio de la razón, mientras que los de otras proceden del juicio natural. En virtud del juicio de la razón los hombres actúan y se mueven, puesto que deliberan sobre las cosas que deben hacerse. Pero todos los animales actúan y se mueven en virtud del juicio natural. Esto se confirma por el hecho de que todos los que pertenecen a una misma especie actúan siempre del mismo modo. Todas las golondrinas hacen el nido de la misma manera [ejemplo de Aristóteles en Phys. 2, c.13]. También se confirma porque muestran predisposición hacia una obra determinada y no hacia todas. Las abejas no poseen el arte de fabricar algo distinto de los panales. Cabe decir lo mismo de otros animales. De ahí que, si lo observamos adecuadamente, veremos que el movimiento y la acción se atribuyen a los cuerpos naturales inanimados del mismo modo que se atribuye a los animales el juicio sobre lo que ha de hacerse. Así como las cosas pesadas y las ligeras no se mueven a sí mismas de modo que pueda decirse que son causa de su movimiento, tampoco los animales juzgan su propio juicio, sino que SIGUEN EL JUICIO IMPRESO EN ELLOS POR OTRO; de donde no son causa de su albedrío ni tienen libertad de albedrío. En cambio el hombre, mediante su inteligencia, juzga de lo que ha de hacerse, y puede juzgar también a su albedrío en cuanto conoce la razón de ser del fin y de cuanto depende de él, así como la relación y el orden de uno a otro. Por eso es causa de sí mismo no sólo en cuanto al movimiento, sino también en el acto de juzgar. En consecuencia, está dotado de libre albedrío o, lo que es lo mismo, de juicio libre sobre lo que debe o no debe hacer. [Mayúsculas de Diego POOLE]



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 (Libro) , , Ed.BAC, 2003 Madrid Q. DEL LIBRE ALBEDRÍO, Art. 1 ¿Tiene el hombre libre albedrío? (De Veritate, q.24)


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 Ed. BAC, Madrid, 2003


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