RESUMEN:
En España una es la crisis de identidad del socialismo, que se identifica más por lo que niega que por lo que afirma.


COMENTARIO:
El laicismo ha asumido en nuestros días un protagonismo sólo comparable con el que tuvo en el siglo XIX por influencia de la masonería. Entre las causas de su nuevo impulso Ollero destaca la crisis de identidad de aquellos que tradicionalmente estaban adscritos al socialismo, cuya savia ideológica ha desaparecido casi por completo tras la caída del muro de Berlín. Por eso no es de extrañar que entre los antiguos socialistas haya incluso quienes erigen el laicismo en signo de su propia identidad, porque «han visto sucesivamente periclitados los valores que los consolidaron históricamente: vinculación a la clase obrera, confesionalidad marxista, etc». p. 16 Cuando el Partido Socialista Obrero Español dejó de ser un partido, ha dejado de ser socialista, ya no es obrero, y ni es español, sólo le queda aferrarse a lo que de negativo tenía su identidad: su actitud hostil ante el catolicismo. Porque, no nos engañemos, el laicismo de los actuales gobernantes no es una neutralidad frente al hecho religioso, sino un claro hostigamiento a la fe cristiana, mayoritaria por otra parte en la sociedad que gobiernan. En este sentido es muy ilustrativa la conversación entre Ollero y un amigo suyo socialista, transcrita hacia el final del libro: «una conversación relajada con un buen amigo socialista para preguntarle por qué abundan en algunos de los líderes de opinión de su partido -por entonces en el Gobierno- las críticas ácidas a la Iglesia Católica o a algunas de sus más activas instituciones. La respuesta fue tan sincera como ilustrativa. Algo así como: somos un partido que al cabo de cien años ha abjurado del marxismo, que le había servido hasta hace poco de obligada identidad. Hemos sufrido la caída del muro, que se ha llevado por delante el llamado socialismo real. Para poder sentimos con cierta convicción representantes de los obreros tenemos que vestimos de tales, porque obviamente no lo somos en el sentido que históricamente llevó a acuñar tal calificativo. Por lo demás, en todas nuestras Agrupaciones existe aún un viejo militante, de los que vivió los años de la república, que es para todos como el tótem de la tribu; para ayudarle a sentirse en su partido de siempre, sólo podemos ya ofrecerle como signo de identidad algún que otro exabrupto anticlerical... ». p. 182


FUENTE:
OLLERO, Andrés: España: ¿Un Estado laico? (Libro) , , Ed.Thomson/Civitas, Madrid


FUENTE AMPLIADA:
OLLERO, Andrés: España: ¿Un Estado laico? Ed. Thomson/Civitas, Madrid, 3000 (2005)


CLAVES: Libertad religiosa > Laicismo > Causas