RESUMEN:
«Estas diferentes leyes [ley eterna, ley natural, ley positiva, ley antigua, y ley nueva o ley evangélica] están relacionadas entre sí por un verdadero dinamismo que parte de la ley eterna, desciende a través de la ley natural hasta la ley civil, y vuelve a subir hacia Dios para alcanzar su cima en la Ley evangélica, que es la participación más perfecta en este mundo de la ley eterna, y también la más próxima al fin último que nos es propuesto »


TEXTUAL:
La Ley evangélica, suma de la legislación divina

p.229, §.1 (...) Los moralistas modernos han concebido la ley moral como una expresión de la voluntad divina y la han concentrado en la ley natural expresada por los diez mandamientos, hasta el punto de dejar prácticamente de lado la Ley evangélica.

La visión de santo Tomás es muy diferente. Para él, la ley es una obra de la sabiduría, que pone en juego ante todo la inteligencia y, después, la voluntad. Por consiguiente, su estudio de la ley es mucho más diferenciado y dinámico. Distingue cinco especies de leyes: la ley eterna, fuente divina de toda legislación; la ley natural, que es la participación directa de la ley eterna en el corazón del hombre; después la ley humana, que deriva de la ley natural. La Revelación añade a las tres anteriores la Ley antigua, centrada en el Decálogo, que se une a la ley natural, y la Ley evangélica, en el Nuevo Testamento. Estas diferentes leyes están relacionadas entre sí por un verdadero dinamismo que parte de la ley eterna, desciende a través de la ley natural hasta la ley civil, y vuelve a subir hacia Dios para alcanzar su cima en la Ley evangélica, que es la participación más perfecta en este mundo de la ley eterna, y también la más próxima al fin último que nos es propuesto (I-II, q. 106, a. 4).

La moral de santo Tomás da, pues, la primacía a la Ley evangélica; ésta supera a la ley natural y al Decálogo, a los que evidentemente no destruye, sino que perfecciona. En la moral cristiana, todas las leyes se ordenan a la Ley evangélica como a su perfección, a su fin en este mundo, y son asumidas en ella.

De este modo, vemos de nuevo que toda moral, dirigida por las diferentes leyes, se orienta hacia la Ley evangélica. Por consiguiente, las cuestiones que le consagra santo Tomás son una cima de la Secunda Pars, lo que le asegura su dimensión cristiana.



FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona ¿Es cristiana la moral de Sto. Tomás?


FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)


CLAVES: Ley nueva > La ley nueva como suma de la legislación divina