Ley natural > Dispensa de su cumplimiento
RESUMEN:
No es contrario a la razón el que Dios pueda dispensar de los preceptos de la segunda tabla, por lo cual el hombre se ordena inmediatamente al prójimo: pues el bien del prójimo es cierto bien particular. Mas no puede dispensar de los preceptos de la primera tabla, por los cuales el hombre se ordena a Dios, que no puede apartar a otros de sí mismo, pues no puede negarse a sí mismo.
No es contrario a la razón el que Dios pueda dispensar de los preceptos de la segunda tabla, por lo cual el hombre se ordena inmediatamente al prójimo: pues el bien del prójimo es cierto bien particular. Mas no puede dispensar de los preceptos de la primera tabla, por los cuales el hombre se ordena a Dios, que no puede apartar a otros de sí mismo, pues no puede negarse a sí mismo.
TEXTUAL:
17. Quien prescribe el pecado, es causa de pecado. Pero Dios prescribió el pecado, como se dice en I Reyes, XXII, 22 cuando el espíritu del mentiroso dice: Saldré, y seré un espíritu de mentira en boca de los Profetas, dice el Señor: "Ve pues y hazlo así"; y en Oseas, I, 2 se dice que el Señor ordenó a Oseas que tomara por mujer a una meretriz, y que tuviera con ella hijos de prostitución. Luego, Dios es causa de pecado.
17. A LO DECIMOSÉFTIMO debe decirse que lo que se dice de: "Ve, pues y hazlo así", no debe entenderse a modo de precepto, sino a modo de permiso, como también lo que se dice a Judas [en Juan, XIII, 27]: Lo que tengas que hacer, hazlo rápidamente; del modo de hablar en que el permiso de Dios se dice que es su voluntad. En cambio, lo que se dice a Oseas: Toma para ti a una meretriz, etc., se entiende según el modo del precepto; pero el precepto divino hace que no sea pecado lo que de otro modo sería pecado. Pues Dios puede, como dice Bernardo [De praecepto et dispensatione, c.3], dispensar de los preceptos de la segunda tabla, por lo cual el hombre se ordena inmediatamente al prójimo: pues el bien del prójimo es cierto bien particular. Mas no puede dispensar de los preceptos de la primera tabla, por los cuales el hombre se ordena a Dios, que no puede apartar a otros de sí mismo, pues no puede negarse a sí mismo, como se dice en la segunda Epístola a Timoteo, II, 13, aunque algunos digan que lo que se dice de Oseas, debe entenderse que tuvo lugar durante una visión profética.
17. Quien prescribe el pecado, es causa de pecado. Pero Dios prescribió el pecado, como se dice en I Reyes, XXII, 22 cuando el espíritu del mentiroso dice: Saldré, y seré un espíritu de mentira en boca de los Profetas, dice el Señor: "Ve pues y hazlo así"; y en Oseas, I, 2 se dice que el Señor ordenó a Oseas que tomara por mujer a una meretriz, y que tuviera con ella hijos de prostitución. Luego, Dios es causa de pecado.
17. A LO DECIMOSÉFTIMO debe decirse que lo que se dice de: "Ve, pues y hazlo así", no debe entenderse a modo de precepto, sino a modo de permiso, como también lo que se dice a Judas [en Juan, XIII, 27]: Lo que tengas que hacer, hazlo rápidamente; del modo de hablar en que el permiso de Dios se dice que es su voluntad. En cambio, lo que se dice a Oseas: Toma para ti a una meretriz, etc., se entiende según el modo del precepto; pero el precepto divino hace que no sea pecado lo que de otro modo sería pecado. Pues Dios puede, como dice Bernardo [De praecepto et dispensatione, c.3], dispensar de los preceptos de la segunda tabla, por lo cual el hombre se ordena inmediatamente al prójimo: pues el bien del prójimo es cierto bien particular. Mas no puede dispensar de los preceptos de la primera tabla, por los cuales el hombre se ordena a Dios, que no puede apartar a otros de sí mismo, pues no puede negarse a sí mismo, como se dice en la segunda Epístola a Timoteo, II, 13, aunque algunos digan que lo que se dice de Oseas, debe entenderse que tuvo lugar durante una visión profética.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.3 [Sobre la causa del pecado], a.1 [Si Dios es causa de pecado], ob.17 y ad.17
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.3 [Sobre la causa del pecado], a.1 [Si Dios es causa de pecado], ob.17 y ad.17
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)
CLAVES: Ley natural > Dispensa de su cumplimiento
