RESUMEN:
Hay que restituir lo mismo que injustamente se ha quitado para reajustar la desigualdad que se produce por el enriquecimiento de uno y el empobrecimiento del otro. Por lo que se refiere a la pena, que siempre tiene que se impuesta por el juez, se puede dar más de lo sustraido, pero ya en concepto de pena, para reparar no la lesión causada, sino la misma culpa.


TEXTUAL:
¿Basta restituir simplemente lo que injustamente se ha quitado?

Solución. Hay que decir: Cuando alguien toma injustamente la cosa ajena, hay que considerar dos consecuencias: una es la desigualdad objetiva, que algunas veces puede ocurrir sin faltar a la justicia, como es claro en los préstamos; y otra es la culpa de injusticia, que puede coexistir también con la misma igualdad real; por ejemplo, cuando uno intenta inferir violencia, pero no llega a causarla. En cuanto a la primera de estas consecuencias, se remedia con la restitución, en cuanto que por ella se repara la igualdad, para lo cual es suficiente que se restituya tanto cuanto se tuvo del otro; pero en lo concerniente a la culpa se aplica el remedio por la pena, cuya imposición pertenece al juez. Por consiguiente, antes de que el reo sea condenado por un juez, no está obligado a restituir más de lo que tomó; pero, después de condenado, está obligado a pagar el castigo.



FUENTE:
Suma de Teología II-II q.62, a.3


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)


CLAVES: Justicia > Conmutativa > Restitución como acto de la j.c.