RESUMEN:
Diferencias entre el odio y la envidia: 1º Por la ira se tiende a dañar bajo la razón de justa venganza, aunque sin razón suficiente, mientras por odio se daña al prójimo por el simple hecho de tener una disposición contraria a la nuestra. 2º La ira siempre va contra personas singulares, en cambio el odio puede dirigirse contra colectivos enteros. 3º La ira se aquieta una vez causado el daño al prójimo, en cambio el odio no, pues busca el mal del prójimo por sí mismo y no como cierta retribución merecida. 4º Por la ira se causa daño con la intención de que la víctima sienta que se lo merece por culpa previa, en cambio al que odia eso no le importa.


TEXTUAL:
3. Asimismo, no parece ser un pecado menor que el odio: puesto que la gravedad de los pecados se considera según el efecto. Pero uno mismo es el efecto del odio y de la ira, a saber, el daño al prójimo. Luego, el odio no es un pecado más grave que la ira.

3. A LO TERCERO debe decirse que la ira y el odio tienden a inferir un daño al prójimo de diverso modo: y, ciertamente, esta diferencia puede considerarse según muchas cosas, como dice el Filósofo en el libro II de la Retórica: [1º] Primero, puesto que la ira no tiende al daño sino bajo la razón de la justa venganza, sólo busca dañar aquellos que antes nos han dañado a nosotros o a los nuestros, con objeto de que se produzca cierta retribución; en cambio, el odio puede tenerse hacia extraños que nunca nos han dañado, por el solo hecho de que la disposición de ellos es contraria a la nuestra. [2º] Segundo, porque la ira siempre se dirige hacia algunas personas singulares, puesto que es causada por algunos actos injuriosos, y los actos pertenecen a los singulares; en cambio, el odio puede tenerse hacia algo general, así como el hombre puede tener odio a todo el género de los ladrones. [3º] Tercero, porque el irritado no busca el daño al prójimo, sino en la medida en que le parece que mediante la venganza logrará obtener justicia, alcanzado lo cual, se aquieta la ira; pero el odio por cualquier mal, no es saciado, pues busca el mal de prójimo por sí mismo. [4º] Cuarto, porque el irritado tiende a enojarse de modo que aquél a quien infiere el daño sienta que se lo merece por una culpa previa; en cambio al que odia no le importa que el mal que provoca sea injusto. Motivos por los que también es patente que el odio es un pecado más grave que la ira.


FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.12 [Sobre la ira], a.4 [Si la ira es un pecado más leve que el odio, la envidia y otros de este tipo]


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)


CLAVES: Ira > Odio e ira