Fortaleza > Vicios opuestos > Vanagloria como opuesto a la magnanimidad
RESUMEN:
La vanagloria se opone a la magnanimidad, porque es el deseo de gloria pero sin las obras que realmente la merecen. Hijas de la vanagloria son: la jactancia, el afán de novedades, hipocresía, pertinacia, discordia, contienda, y la desobediencia.
Ver Soberbia/Doble Sentido/Como vanagloria
TEXTUAL:
¿Es correcta la enumeración que se hace de las hijas de la vanagloria?
Solución. Hay que decir: Como hemos visto (q.118 a.8), aquellos pecados que de suyo están ordenados al fin de un pecado capital se llaman sus hijas. Ahora bien: el fin de la vanagloria es la manifestación de la propia excelencia, como consta por lo antedicho (a.1-2). A lo cual puede el hombre tender de dos modos: primero, directamente, ya por palabras, y así tenemos la ?jactancia?, ya por hechos, y entonces, si son verdaderos y dignos de alguna admiración, tenemos ?el afán de novedades?, que los hombres suelen especialmente admirar, y si son ficticios, la ?hipocresía?. Segundo, cuando uno trata de manifestar su excelencia indirectamente, dando a entender que no es inferior a otro. Y esto de cuatro formas: primera, en cuanto al entendimiento, y así tenemos la ?pertinacia?, la cual hace al hombre aferrarse en exceso a su opinión sin dar crédito a otra mejor; segunda, en cuanto a la voluntad, y así tenemos la ?discordia?, cuando no se quiere ceder ante la voluntad de los demás; tercera, en cuanto a las palabras, y así aparece la contienda, cuando se disputa con otro a gritos; cuarta, en cuanto a los hechos, y así se da la desobediencia, al no querer cumplir el mandato del superior.
FUENTE:
Suma de Teología II-II, nota q.130, a.5
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)
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