RESUMEN:
La mezquindad es un vicio opuesto a la virtud de la magnificencia, que está en el medio entre la mezquindad y el consumismo; porque el mezquino gasta menos de lo que debe, y el consumista más de lo que debe.
TEXTUAL:
¿Hay un vicio opuesto a la mezquindad?

Solución. Hay que decir: A lo pequeño se opone lo grande. Pero grande y pequeño, hemos dicho (a.1), son conceptos relativos. Y así como un gasto puede ser pequeño por relación a la obra, también puede serlo grande por la misma relación; por ejemplo, si excede la proporción que debe haber entre gasto y obra según la regla de la razón. Por tanto, es obvio que al vicio de la mezquindad, por la que no se llega a la proporción debida entre gastos y obra, al intentar gastar menos de lo que exige la dignidad de la obra, se opone un vicio por el que se sobrepasa dicha proporción cuando se gasta más de lo proporcionado a la obra. Y este vicio se denomina en griego ?banausia?, derivado de ?horno?, porque consume todo como el fuego del horno; o también se llama ?apyrocalia?, es decir, ?sin buen fuego?, porque, como el fuego, consume sin provecho alguno. En latín, este vicio puede llamarse ?consumismo?.


Nota al pie: Quien gasta sin medida, despilfarra o consume dinero fuera de razón se dice que «quema el dinero». Así se expresaban también los griegos, como advierte Santo Tomás. Más que por fines honestos suele hacerlo por vanidad ostentosa (cf. In IV Ethic. lect.7 n.732, ed. Spiazzi).

FUENTE:
Suma de Teología II-II, nota q.135, a.2, s.
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)
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