RESUMEN:
«La incorruptibilidad, sin embargo, se unirá al cuerpo por la fuerza del poder divino, mediante el cual el alma tendrá tal imperio sobre el cuerpo que ya no podrá corromperse. y esto será así, porque una cosa se mantiene en su ser tanto tiempo como la materia esté bajo el imperio de la forma.» [Sto. Tomás incluye la mortalidad entre las notas ESENCIALES del hombre. El hombre es mortal y siempre será naturalmente mortal en cuanto compuesto de alma y cuerpo. Por ello la inmortalidad será siempre gracia preternatural para el hombre entero (compuesto de alma y cuerpo), aunque natural para el alma]

TEXTUAL:
CAPITULO 155 No resucitaremos para el mismo modo de vivir

§155 (...) La inmortalidad no se debe a la supresión de la materia propia, porque el alma no tomará un cuerpo celeste o etéreo, como se dijo antes (cap. 153) La incorruptibilidad, sin embargo, sobrevendrá al cuerpo por la fuerza del poder divino, mediante el cual el alma tendrá tal imperio sobre el cuerpo que ya no podrá corromperse. Y esto será así, porque una cosa se mantiene en su ser tanto tiempo como la materia esté bajo el imperio de la forma. [Sto. Tomás incluye la mortalidad entre las notas ESENCIALES del hombre. El hombre es mortal y siempre será naturalmente mortal en cuanto compuesto de alma y cuerpo. Por ello la inmortalidad será siempre gracia preternatural para el hombre entero (compuesto de alma y cuerpo), aunque natural para el alma]


FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Compendio de Teología (Libro) , , Ed.Rialp, 1980 Madrid Libro I: [Sobre la Fe]; Parte I: [Sobre Dios uno y Trino]; Tratado III: [Sobre las obras de Dios], Secc.2ª [Sobre el gobierno del mundo]

FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Compendio de Teología Ed. Rialp, Madrid, 1980 (1269)

CLAVES: Fin último del hombre > Resurrección de la carne > Inmortalidad