RESUMEN:
La dignidad de la persona se justifica racionalmente por que ha sido querida por sí misma por Dios. Dios quiere al hombre en su plenitud de ser: sólo en la consideración del destino trascendente de cada ser humano se esclarece el sentido y el alcance de la creación como acto amoroso de un Dios personal. Por eso, su «verdad» definitiva la razón de su inteligibilidad es su situación de cumplimiento.


TEXTUAL:
p.16

(...) No es que el conocimiento de la dignidad de la persona sea fruto de una deducción a partir del Amor creador: la dignidad de la persona se muestra directamente a la mirada atenta, particularmente en la experiencia ética. Pero su explicación racional es, en última instancia, que ha sido querida por sí misma por parte de Dios.



p.17

La explicación adecuada de esa experiencia ética requiere una consideración más precisa del Amor creador. En efecto, si el hombre se advierte a sí mismo como dotado de dignidad inviolable y, a la vez, se detecta como tarea o proyecto que debe ser realizado, es porque lo que Dios ha querido al crearnos no ha sido simplemente un ser humano en sus contenidos esenciales: lo que Dios ha querido ha sido una persona en la plenitud de su vida humana, es decir, en la plenitud de conocimiento y amor, en la comunión con Él. E1 carácter «intermedio» de la situación del hombre en su existencia actual se hace patente en el hecho de que cada persona se muestra digna de amor, pero no sólo en lo que ya es en acto. Es evidente que no sería verdadero amor a una persona oprimida, hambrienta, ignorante, o de cualquier forma necesitada, decirle «¡qué bueno que existas!». Quererla por sí misma significa quererla en plenitud de vida, es decir, quererla feliz, y hacer lo posible por ayudarla a conseguir esa plenitud. El amor, decían los antiguos, se dirige a lo que cumple máximamente la razón de «bueno» y de «perfecto». Si el Amor creador se refiere al hombre en la plenitud de bondad y de perfección, no puede referirse simplemente al hombre en la situación en la que se encuentra en esta vida. Sólo en la consideración del destino trascendente de cada ser humano se esclarece el sentido y el alcance de la creación como acto amoroso de un Dios personal.



p.18

EL DESIGNIO CREADOR DEL AMOR DIVINO, ES DECIR, EL «PROYECTO» QUE DIOS HA TENIDO AL CREAR AL SER HUMANO, ES EL HOMBRE EN SU PLENITUD DE COMUNIÓN VITAL PLENA. POR ESO, SU «VERDAD» DEFINITIVA LA RAZÓN DE SU INTELIGIBILIDAD ES SU SITUACIÓN DE CUMPLIMIENTO. Ése es el designio de la Sabiduría creadora, lo que Dios «ha conocido» al crearlo, es decir, el conocimiento divino que «mide» la verdad del hombre. Por esto, los condenados del último día han de oír: «No os conozco». Esto significa: no sois cognoscibles, habéis hecho fracasar el proyecto de la Sabiduría creadora. Mientras el ser humano se encuentra en camino hacia la plenitud, él mismo y las realidades propias de esa situación, no son plenamente inteligibles, al menos no son inteligibles de la misma forma que lo son aquellas realidades que responden a un designio explícito de la Sabiduría divina. Por eso resultan tan difíciles, no sólo de entender, sino de enfocar adecuadamente, las cuestiones relativas a la historicidad, o las dimensiones humanas íntimamente relacionadas con la historicidad, como la sexualidad, o la narrativa, o la dialógica.


FUENTE:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum (Libro) , , Ed.Rialp, 1999 Madrid I. ¿QUÉ ES LA HERMOSURA?, 2 . La fundamentación de la belleza en la finalidad: ética y estética. a) La creación por el amor


FUENTE AMPLIADA:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum Ed. Rialp, Madrid, 1999 (1998)


CLAVES: Fin último del hombre > Plenitud humana y fin último