Fin último del hombre > Amistad y fin último
RESUMEN:
El fin de la comunión de los hombres con Dios comienza a ser percibido por cada hombre desde el momento en que se siente acogido por sí mismo en la pequeña comunidad de su propia familia, y al mismo tiempo se pone de manifiesto la doble llamada de Dios a la comunión con Él y con los demás, el doble precepto de la caridad
El fin de la comunión de los hombres con Dios comienza a ser percibido por cada hombre desde el momento en que se siente acogido por sí mismo en la pequeña comunidad de su propia familia, y al mismo tiempo se pone de manifiesto la doble llamada de Dios a la comunión con Él y con los demás, el doble precepto de la caridad
TEXTUAL:
p.22
Para que la respuesta de la criatura humana tuviera la característica de extenderse en la amplitud temporal de una vida y, así pudiera dar lugar al perdón, Dios estableció que la llamada creadora de su Amor se compusiera con la llamada de un amor creatural, y por ello, en el origen de cada persona se encuentra la alianza singular entre el Amor creador de Dios, y el amor procreador de los padres. El ser humano es fruto una doble llamada: la llamada al Amor de Dios, que le hace abierto a la trascendencia, y la llamada al amor terreno que le hace abierto al mundo. El doble precepto de la caridad es la expresión de esta doble apertura. La criatura humana resulta tener entonces una teleología que es fundamentalmente finalización a Dios apertura a la trascendencia , pero esta finalización engendra, en virtud de la composición de la «creación» con la «procreación», una teleología horizontal que fundamenta el segundo precepto de la caridad.
[nota 17: H. U. von Balthasar ha puesto de manifiesto convincentemente que en el despertar de la conciencia el niño reconoce el Amor fundamental sobre el que reposa su ser en la mirada de la madre: «Su yo despierta consciente en la experiencia del tú: A la sonrisa de la madre, en virtud de la cual él experimenta que está insertado, afirmado, amado en algo que incomprensiblemente lo ciñe, ya real, y que lo cuida y lo alimenta (...). Porque experimenta el ser y la existencia (¿por qué tendría que distinguir entre las dos?) como una inalcanzable luz de gracia, por esto es por lo que juega el niño. No podría jugar si, como un mendigo en un banquete de bodas, hubiera sido admitido sólo por «gracia», es decir, por una misericordia caída desde lo alto, a algo a lo que no tendría «derecho».
p.22
Para que la respuesta de la criatura humana tuviera la característica de extenderse en la amplitud temporal de una vida y, así pudiera dar lugar al perdón, Dios estableció que la llamada creadora de su Amor se compusiera con la llamada de un amor creatural, y por ello, en el origen de cada persona se encuentra la alianza singular entre el Amor creador de Dios, y el amor procreador de los padres. El ser humano es fruto una doble llamada: la llamada al Amor de Dios, que le hace abierto a la trascendencia, y la llamada al amor terreno que le hace abierto al mundo. El doble precepto de la caridad es la expresión de esta doble apertura. La criatura humana resulta tener entonces una teleología que es fundamentalmente finalización a Dios apertura a la trascendencia , pero esta finalización engendra, en virtud de la composición de la «creación» con la «procreación», una teleología horizontal que fundamenta el segundo precepto de la caridad.
[nota 17: H. U. von Balthasar ha puesto de manifiesto convincentemente que en el despertar de la conciencia el niño reconoce el Amor fundamental sobre el que reposa su ser en la mirada de la madre: «Su yo despierta consciente en la experiencia del tú: A la sonrisa de la madre, en virtud de la cual él experimenta que está insertado, afirmado, amado en algo que incomprensiblemente lo ciñe, ya real, y que lo cuida y lo alimenta (...). Porque experimenta el ser y la existencia (¿por qué tendría que distinguir entre las dos?) como una inalcanzable luz de gracia, por esto es por lo que juega el niño. No podría jugar si, como un mendigo en un banquete de bodas, hubiera sido admitido sólo por «gracia», es decir, por una misericordia caída desde lo alto, a algo a lo que no tendría «derecho».
FUENTE:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum (Libro) , , Ed.Rialp, 1999 Madrid I. ¿QUÉ ES LA HERMOSURA?, 2 . La fundamentación de la belleza en la finalidad: ética y estética. c) La teleología humana hacia el mundo
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum (Libro) , , Ed.Rialp, 1999 Madrid I. ¿QUÉ ES LA HERMOSURA?, 2 . La fundamentación de la belleza en la finalidad: ética y estética. c) La teleología humana hacia el mundo
FUENTE AMPLIADA:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum Ed. Rialp, Madrid, 1999 (1998)
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum Ed. Rialp, Madrid, 1999 (1998)
CLAVES: Fin último del hombre > Amistad y fin último
