RESUMEN:
Los deleites que se derivan de lo que sana o lleva a término nuestra naturaleza son deleites por accidente, que cesan una vez alcanzada la realización. En cambio los deleites que se derivan de la acción de un ser cuya naturaleza está completamente realizada, no cesan jamás. Los deleites de la inteligencia no son para lograr la generación de la inteligencia, que ya está completa, por eso su deleite no cesa, como cesa el deleite de la comida una vez que uno ya se ha llenado.


TEXTUAL:
VII, 14, §1076. Da la razón por la cual los deleites intelectuales son mejores según la verdad de las cosas. Como estos deleites no tienen una tristeza contraria a la que expelen, de allí que no tienen exceso por el cual se vuelven viciosos. Se refieren a lo que es deleitable por su naturaleza y no por accidente. Explica estas dos expresiones. Primero, dice que lo deleitable por accidente es aquello que deleita en cuanto curativo, pues en tanto hay quien padece su curación, sucede que allí obra su salud, por eso, parece ser una acción deleitable. De allí que, cuando se buscan este tipo de deleites más allá de la necesidad medicinal, son deleites desordenados. En segundo lugar, explica que los deleites, según la naturaleza, son aquellos que producen la operación de tal naturaleza. Pues a cada naturaleza le es deleitable su propia operación, como siendo su perfección. Por eso, le es deleitable al hombre la operación de la razón.



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona VII, 14, §1076


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)


CLAVES: Felicidad > Qué es la felicidad > Operación conforme a la virtud