RESUMEN:
Para ser feliz hay que deleitarse en los actos de virtud, especialmente en la virtud de los amigos


TEXTUAL:
IX. 10, §1372. (...) Es manifiesto que la operación consiste en hacerse, y no es algo existente al modo de lo permanente, como si fuese alguna posesión que, habida, hiciese al hombre feliz, de tal manera que no necesitara realizar operación alguna. SER FELIZ CONSISTE EN VIVIR Y OPERAR CONTINUAMENTE, y es preciso que la operación del hombre bueno sea buena y deleitable en sí misma, porque es un bien por sí, como se dijo en el libro primero. La operación buena, entre lo deleitable, es lo deleitable propio del virtuoso (no sería virtuoso quien no se deleitase en la operación de la virtud, como se dijo en ese libro). Luego, PARA LA FELICIDAD, SE REQUIERE QUE EL FELIZ SE DELEITE EN LOS ACTOS DE VIRTUD.



Pero no podemos deleitarnos sino en lo que conocemos, empero, podemos contemplar mejor al prójimo que a nosotros mismos, sus acciones más que las nuestras, pues el juicio de cada cual, en lo propio, falla más debido al particular afecto que tiene uno hacia sí mismo. Así, queda claro que, para los hombres buenos, son deleitables las acciones de los que no sólo son buenos sino también amigos, en quienes se encuentra lo que es deleitable según la naturaleza: el bien y lo amado. Así, el hombre dichoso necesitará tales amigos virtuosos, en cuanto desea considerar las acciones buenas, apropiadas también para sí mismo, como son las acciones de ese hombre bueno que es su amigo. Pues, como un amigo es como otro yo, las acciones del amigo son para él como las propias.



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona IX. 10, §1372


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)


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