El juicio del hombre virtuoso como criterio de felicidad

p.217 Ante el desacuerdo sobre el contenido de la felicidad, Aristóteles y Santo Tomás no recurren a un concepto de naturaleza humana que permita deducir con todo detalle y seguridad ese contenido, sino que recurren al juicio del hombre mejor dispuesto, pues el bien concreto que se apetece como determinación de la felicidad, depende del modo de ser o carácter. No es mucha la guía moral que podemos extraer de lo natural o ya dado, y esto demuestra que la ética de Santo Tomás no es una ética de la ley natural, sino de la virtud74. También Kant señala que aquello en lo que cada uno sitúa la felicidad, depende del estado afectivo o del modo de ser de cada uno; pero, mientras para Kant este hecho es razón para dejar fuera de la ética la cuestión sobre el contenido de la felicidad, para Aristóteles y Santo Tomás, este mismo hecho es la razón de que esa cuestión no sólo sea una cuestión moral, sino la cuestión central de la ética75.
74 Daniel Mark Nelson, op. cit., pp. 33-34, 48-48.
75. Antonio Millán-Puelles, Léxico Filosófico, Rialp, Madrid, 1984, p. 329.