El criterio de rectitud moral de un acto se toma de su ordenación hacia el fin último

Si existe un criterio de acuerdo con el cual los actos humanos pueden ser juzgados como buenos o malos, tal criterio habrá de tomarse del fin último en la medida en que éste se hace cargo, en cuanto perfectivo, de la objetividad requerida por la norma moral y, en cuanto felicidad, de la motivación implícita en todo acto humano.
Ana Marta GONZÁLEZ, Moral, razón y naturaleza, 2ª ed., Eunsa, Pamplona 2006, p. 159