RESUMEN:
Es imposible promover la dignidad de la persona si no se cuidan la familia, los grupos, las asociaciones, las realidades territoriales locales.


TEXTUAL:
185 La subsidiaridad está en las directrices más constantes y características de la doctrina social de la Iglesia, presente desde la primera gran encíclica social (1). Es imposible promover la dignidad de la persona si no se cuidan la familia, los grupos, las asociaciones, las realidades territoriales locales, en definitiva, aquellas expresiones agregativas de tipo económico, social, cultural, deportivo, recreativo, profesional, político, a las que las personas dan vida espontáneamente y que hacen posible su efectivo crecimiento social (2). Es éste el ámbito de la sociedad civil, entendida como el conjunto de las relaciones entre individuos y entre sociedades intermedias, que se realizan en forma originaria y gracias a la «subjetividad creativa del ciudadano». La red de estas relaciones forma el tejido social y constituye la base de una verdadera comunidad de personas, haciendo posible el reconocimiento de formas más elevadas de sociabilidad.

(1) Cf. LEÓN XIII, Carta enc. Rerum Novarum: Acta Leonis XIII, 11 (1892) 101-102. 123.

(2) Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1882. 397 JUAN PABLO II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 15: AAS 80 (1988) 529



FUENTE:
IUSTITIA ET PAX, Pontificio Consejo: Compendio de doctrina social de la Iglesia (Libro) , , Ed.Planeta, 2005 Barcelona n.185


FUENTE AMPLIADA:
IUSTITIA ET PAX, Pontificio Consejo: Compendio de doctrina social de la Iglesia Ed. Planeta, Barcelona, 2005


CLAVES: Doctrina Social de la Iglesia > Principios > 3-Subsidiaridad Pública