RESUMEN:
«Dios no puede dejar de ser bueno. Lo que esencialmente pertenece a un ser no puede perderse; por ello, ni la cualidad de animal puede estar separada del hombre, ni es posible que Dios deje de ser bueno»


TEXTUAL:
CAPÍTULO 109 Sólo Dios es bueno por esencia. Las criaturas lo son por participación

§217 De todo lo anterior se deduce que Dios es bueno de diferente manera que las criaturas. Sabemos que en las criaturas el bien tiene razón de bondad por dos motivos: porque es perfecto y porque es fin. Por ello, la bondad de las criaturas puede considerarse bajo un doble aspecto: el de perfección y el de finalidad. Se observa cierta perfección de la criatura en el hecho de persistir en su naturaleza, que es el fin propio de su generación o de su producción. Además, se observa en ella otra perfección que consigue por su movimiento o su operación y que es el fin de su movimiento o de su operación.



§218. (...)

Además, todas las criaturas alcanzan la perfecta bondad por un fin extrínseco; y como la perfección de la bondad consiste en llegar al fin último: el fin último de toda criatura está fuera de ella misma, y consiste en la bondad divina, la cual no se ordena, ciertamente, a un fin ulterior.

(...)

CAPÍTULO 110 Dios no puede perder su bondad

§219. De lo anterior se deduce que Dios no puede dejar de ser bueno. Lo que esencialmente pertenece a un ser no puede perderse; por ello, ni la cualidad de animal puede estar separada del hombre, ni es posible que Dios deje de ser bueno. Pongamos un ejemplo más decisivo: del mismo modo que no puede suceder que el hombre no sea hombre, tampoco puede suceder que Dios no sea perfectamente bueno.



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Compendio de Teología (Libro) , , Ed.Rialp, 1980 Madrid Libro I: [Sobre la Fe]; Parte I: [Sobre Dios uno y Trino]; Tratado III: [Sobre las obras de Dios], Secc.2ª [Sobre el gobierno del mundo]


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Compendio de Teología Ed. Rialp, Madrid, 1980 (1269)


CLAVES: Dios > Bondad de Dios