RESUMEN:
Argumentos de los que consideran que por encima de la opinión de la mayoría no debería haber ninguna otra instancia, y que la pretensión de verdad contra la mayoría es fundamentalismo


TEXTUAL:
p.166

§2 De esto se trata precisamente, como constatamos cuando Flores d´Arcais acusa a la encíclica pontificia [se refiere a la Evangelium Vitae de Juan Pablo II] de tener «consecuencias mortales para la democracia», e identifica sus enseñanzas con el tipo «fundamentalista» del islam. La razón es que el Papa designó a las leyes que permiten el aborto y la eutanasia como carentes de auténtica validez jurídica (57*). Aquel que de este modo se oponga a un parlamento elegido y con pretensiones eclesiales trate de ejercer poder civil, mostraría que su pensamiento lleva esencialmente la marca de un dogmatismo católico. Tales afirmaciones presuponen que, por encima de la decisión de una mayoría, no existe ya ninguna otra instancia. La mayoría accidental se convierte en lo absoluto. Porque lo absoluto, lo ineludible vuelve a existir de nuevo. Nos hallamos expuestos al dominio del positivismo y de la absolutización de lo accidental, más aún, de lo manipulable. Si al hombre se le excluye de la verdad, entonces lo único que puede dominar sobre él es lo accidental, lo arbitrario. Por eso, no es «fundamentalismo», sino un deber de la humanidad el proteger al hombre contra la dictadura de lo accidental que ha llegado a hacerse absoluto, y devolver al hombre su propia dignidad, que consiste precisamente en que ninguna instancia humana pueda dominarlo, porque él se encuentra abierto hacia la verdad misma. La encíclica, precisamente por su insistencia en la capacidad para alcanzar la verdad, constituye una apología sumamente necesaria del hombre en contra de lo que pretendería ser «la cultura tout court».

Nota al pie (n.57): En los n. 68-74 de la encíclica Evangelium vitae el papa argumenta detenidamente en contra de la tesis de que la legislación de una sociedad debe limitarse a consignar y aceptar las convicciones de la mayoría; la conciencia privada y el ordenamiento público deberían mantenerse estrictamente separados (n.69). El papa contrapone a esto la concepción de que la democracia no debe convertirse en un sustitutivo de la moralidad; el valor de la democracia se mantiene o cae con los valores que encama y promueve (n. 70). (...)



FUENTE:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia (Libro) , , Ed.Ed. Sígueme, 2005 Salamanca II. LA CUESTIÓN DE LA VERDAD Y DE LAS RELIGIONES. 2 ¿La verdad del cristianismo? 3. La fe, la verdad y la cultura: reflexiones en torno a la Fides et ratio


FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia Ed. Ed. Sígueme, Salamanca, 1985 (1983)


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