RESUMEN:
El culmen de la creación es la alianza entre Dios y el hombre, que se verifica en el culto de la liturgia, como una participación anticipada del hombre histórico, a través de la creación, en la eternidad de Dios


TEXTUAL:
Pág. 46: La meta de la creación es la Alianza, historia de amor entre Dios y el hombre.

Si la creación está pensada como un espacio para la Alianza, como el lugar de encuentro entre Dios y el hombre, esto significa también que se ha concebido como un lugar para la adoración. Pero, ¿qué significa realmente adoración? ¿Cuál es la diferencia frente a la idea del ciclo del ofrecer y recibir que, en gran parte, determinó el mundo del culto precristiano?

Pág. 47: De este modo, creación e historia, creación, historia y culto mantienen una relación de interdependencia: la creación espera la Alianza, porque la Alianza es la consumación de la creación. Pero si el culto, bien entendido, es el alma de la Alianza, eso significa que por el culto no sólo se salva al hombre, sino que tiende a arrastrar a toda la creación hacia el interior de la comunión con Dios.

Pág. 48: De este modo, podemos decir ahora que la meta del culto y la meta de toda la creación es la misma: la divinización, un mundo de libertad y de amor. Con ello aparece lo histórico dentro de lo «cósmico».



FUENTE:
RATZINGER, Joseph: El espíritu de la liturgia (Libro) , , Ed.Cristiandad, 2001 Madrid 46


FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: El espíritu de la liturgia Ed. Cristiandad, Madrid, 2001


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