RESUMEN:
La liturgia nos hace partícipes del mundo de Dios, de la forma de existencia en el «cielo», y hace irrumpir la del mundo divino en nuestro mundo


TEXTUAL:
Pág. 41. (...) la adoración, la forma correcta del culto, de la relación con Dios, configura la existencia humana propia en el mundo. Y esto es así, por el hecho de ir más allá de la vida cotidiana, ya que nos hace partícipes del mundo de Dios, de la forma de existencia en el «cielo», y hace irrumpir la del mundo divino en nuestro mundo. En este sentido el culto tiene, de hecho, como dijimos al analizar el «juego» el carácter de una anticipación. Augura una vida más definitiva y, precisamente por esto, proporciona su medida a la vida presente. Una vida en la que estuviera ausente esta anticipación, en la que el cielo dejara de abrirse, se convertiría en una vida pesada y vacía.



FUENTE:
RATZINGER, Joseph: El espíritu de la liturgia (Libro) , , Ed.Cristiandad, 2001 Madrid 41


FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: El espíritu de la liturgia Ed. Cristiandad, Madrid, 2001


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