Contra Finnis-Grisez: el primer principio es un principio moral (faciendum)

p.74 [crítica a la idea neoclásica de que el primer principio del obrar no es un principio moral] Por esto, el modo de formular los primeros principios en estos autores –el conocimiento, la vida, etc., es un bien to be pursued– no es equivalente, en verdad, al modo como Santo Tomás formula el primer principio, que es forma y modelo de todos los preceptos: "bonum est faciendum et prosequendum, malum vitandum". Este principio, al juzgar el "bonum" como "faciendum", está prescri­biendo hacerlo, es decir, está prescribiendo la acción; y, a su vez, el "bonum" que es juzgado así, es el contenido u objeto de la acción, lo obrado. Lo que prescribe no es que la acción tenga como fin un bien, o que un tipo de bien sea el fin de la acción, o que una realidad –la vida, el conocimiento, la experiencia estética…– sea un bien que merece ser perseguido por la acción humana. Lo que prescribe sólo puede ser la acción misma. Estos autores critican el supuesto olvido del "prosequendum" que figura en el primer principio, pero son ellos los que, en verdad, parecen olvidar la presencia del "faciendum" y del "vitandum", al inter­pretar que la presencia del "prosequendum" implica que el "bonum" no es el contenido de la acción –lo "faciendum" o "agendum"– con la que se persigue el fin, sino el fin que la acción persigue, tomado éste como realidad en sí o sus­tantiva.