RESUMEN:
«EL DICTAMEN DE LA CONCIENCIA NO ES OTRA COSA QUE LA LLEGADA DEL PRECEPTO DE DIOS AL QUE TIENE CONCIENCIA», y por lo tanto quien se equivoca en conciencia, con todo, piensa que es voluntad de Dios.


TEXTUAL:
Arg. 2. Además, la glosa de Agustín a Rom 13,1: "Toda alma a las potestades...", dice que no ha de obedecerse a la potestad inferior contra el precepto de la superior, como no se ha de obedecer al procónsul, si el emperador manda algo contrario. Ahora bien, la conciencia es inferior a Dios. Luego cuando la conciencia manda lo contrario a los preceptos de Dios, el precepto de la conciencia errónea no parece obligar de ningún modo.

Ad. 2 Al segundo ha de decirse que es procedente aquella razón, cuando son distintos los preceptos de la razón superior y los de la inferior, y ambos llegan de un modo esencialmente distinto al que está obligado al precepto. No es esto lo que aquí acaece. EL DICTAMEN DE LA CONCIENCIA NO ES OTRA COSA QUE LA LLEGADA DEL PRECEPTO DE DIOS AL QUE TIENE CONCIENCIA, como está claro por lo dicho [art.3]. Sería semejante a lo propuesto en el ejemplo, si el precepto del emperador sólo pudiera llegar a uno por medio del procónsul, y lo que el procónsul manda, sólo lo mandara como si recitara el precepto del emperador. Sería entonces lo mismo despreciar el precepto del emperador y el del procónsul, ya dijera el procónsul la verdad o mentira.



FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 (Libro) , , Ed.BAC, 2003 Madrid LA CONCIENCIA, ARTICULO 4 ¿Obliga la conciencia errónea?, De Veritate, q.17, art.4


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 Ed. BAC, Madrid, 2003


CLAVES: Conciencia > Conciencia errónea