Belleza > Corresponde a la triple teleología del hombre > Correspondencia con la naturaleza humana individual
RESUMEN:
La propia constitución física de cada cual, así como la educación recibida, conforman un modo de ser individual que hace a cada quien más propenso a sentirse atraído por unas cosas o por otras.
La propia constitución física de cada cual, así como la educación recibida, conforman un modo de ser individual que hace a cada quien más propenso a sentirse atraído por unas cosas o por otras.
TEXTUAL:
p.36 De la amplia gama de realidades que aparecen a la mirada y que poseen una cierta plenitud, aquellas respecto de las cuales la naturaleza individual experimenta afinidad o atractivo, aparecen para el individuo correspondiente con una hermosura que le es propia. Ya no se trata de una forma de belleza que se corresponda con la naturaleza humana pues entonces habría de poder aparecer igualmente bella para todo ser humano , sino de la forma de hermosura que se corresponde con la naturaleza individualizada. Por esto, hay personas a las que gustan mucho, es decir, le parecen muy hermosos, los caballos, o la montaña, o determinadas actividades a las que están más inclinadas por su naturaleza individual.
(...)
p.36 Hay personas que tienen una disposición natural muy poco favorable a determinadas posibilidades que son propias de la naturaleza humana en general, y que, sin embargo, poseen disposiciones muy favorables respecto de otras de esas posibilidades. Así encontramos individuos en los que la capacidad musical es muy reducida, es decir, que tienen muy poca afinidad, según su naturaleza individual, respecto de esa dimensión, aunque todos reconocemos que la dimensión musical es propia de la naturaleza humana en general. Entonces se entiende que determinadas formas de hermosura resulten difícilmente perceptibles por algunos representantes de la especie humana. Lógicamente un daltónico será menos aficionado a la pintura que una persona con la visión normal, y quien se marea con facilidad percibirá la belleza de los veleros más difícilmente que el aficionado a la navegación. Esto no significa que esa belleza sea más débil, inconsistente o meramente subjetiva. Significa únicamente que se trata de una forma de belleza que se corresponde con un componente de la teleología natural que requiere una dotación natural más plena o un especial afinamiento.
Las cosas que resultan hermosas en virtud de la teleología de la naturaleza individual, como el ámbito castrense para la persona de temperamento militar, o la Viena de finales del XIX para el temperamento musical, son ejemplos de la amplitud de posibilidades de la teleología de la naturaleza específica. En principio, estas formas de belleza tienen un fundamento individual: el de la naturaleza individualizada. Pero esto no quiere decir que se trate de formas de belleza herméticas o irreductiblemente incomunicables. Se trata siempre de unos «casos concretos» entre las muchas y variadas posibilidades que ofrece la naturaleza humana. Por esto, aunque esta forma de belleza tenga un fundamento individual, es muy posible, incluso muy frecuente, que muchas personas coincidan en la percepción de esta forma de hermosura. En otras palabras, la hermosura basada en la teleología individual no es excluyente.
Análogo a este tipo de belleza es la que se corresponde con la educación concreta que se ha dado a la persona, es decir, con la modulación de su naturaleza por la historia singular. Del mismo modo que hay personas que, por su educación, gustan de, por ejemplo, el «lacón con grelos», así también hay tierras que o paisajes o músicas que les parecen hermosas a determinados grupos de personas que nacieron y crecieron en esos ámbitos.
Desde luego no todos los ejemplos de estas determinaciones están igualmente basados en la naturaleza específica. Hay algunas concreciones en las que coinciden muchos, o en las que es fácil que muchos convengan. Así, por ejemplo, es posible que ciertas disposiciones personales o una determinada educación haga que ciertos alimentos o ciertas formas humanas sean gratas para algunos individuos. Pero hay alimentos o tipos de rostros o de bailes en los que es muy fácil que convenga gran cantidad de individuos. Entonces debe reconocerse que estos ejemplos en los que tantos convienen, están más inmediatamente vinculados con la naturaleza humana, son más «naturales».
p.36 De la amplia gama de realidades que aparecen a la mirada y que poseen una cierta plenitud, aquellas respecto de las cuales la naturaleza individual experimenta afinidad o atractivo, aparecen para el individuo correspondiente con una hermosura que le es propia. Ya no se trata de una forma de belleza que se corresponda con la naturaleza humana pues entonces habría de poder aparecer igualmente bella para todo ser humano , sino de la forma de hermosura que se corresponde con la naturaleza individualizada. Por esto, hay personas a las que gustan mucho, es decir, le parecen muy hermosos, los caballos, o la montaña, o determinadas actividades a las que están más inclinadas por su naturaleza individual.
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p.36 Hay personas que tienen una disposición natural muy poco favorable a determinadas posibilidades que son propias de la naturaleza humana en general, y que, sin embargo, poseen disposiciones muy favorables respecto de otras de esas posibilidades. Así encontramos individuos en los que la capacidad musical es muy reducida, es decir, que tienen muy poca afinidad, según su naturaleza individual, respecto de esa dimensión, aunque todos reconocemos que la dimensión musical es propia de la naturaleza humana en general. Entonces se entiende que determinadas formas de hermosura resulten difícilmente perceptibles por algunos representantes de la especie humana. Lógicamente un daltónico será menos aficionado a la pintura que una persona con la visión normal, y quien se marea con facilidad percibirá la belleza de los veleros más difícilmente que el aficionado a la navegación. Esto no significa que esa belleza sea más débil, inconsistente o meramente subjetiva. Significa únicamente que se trata de una forma de belleza que se corresponde con un componente de la teleología natural que requiere una dotación natural más plena o un especial afinamiento.
Las cosas que resultan hermosas en virtud de la teleología de la naturaleza individual, como el ámbito castrense para la persona de temperamento militar, o la Viena de finales del XIX para el temperamento musical, son ejemplos de la amplitud de posibilidades de la teleología de la naturaleza específica. En principio, estas formas de belleza tienen un fundamento individual: el de la naturaleza individualizada. Pero esto no quiere decir que se trate de formas de belleza herméticas o irreductiblemente incomunicables. Se trata siempre de unos «casos concretos» entre las muchas y variadas posibilidades que ofrece la naturaleza humana. Por esto, aunque esta forma de belleza tenga un fundamento individual, es muy posible, incluso muy frecuente, que muchas personas coincidan en la percepción de esta forma de hermosura. En otras palabras, la hermosura basada en la teleología individual no es excluyente.
Análogo a este tipo de belleza es la que se corresponde con la educación concreta que se ha dado a la persona, es decir, con la modulación de su naturaleza por la historia singular. Del mismo modo que hay personas que, por su educación, gustan de, por ejemplo, el «lacón con grelos», así también hay tierras que o paisajes o músicas que les parecen hermosas a determinados grupos de personas que nacieron y crecieron en esos ámbitos.
Desde luego no todos los ejemplos de estas determinaciones están igualmente basados en la naturaleza específica. Hay algunas concreciones en las que coinciden muchos, o en las que es fácil que muchos convengan. Así, por ejemplo, es posible que ciertas disposiciones personales o una determinada educación haga que ciertos alimentos o ciertas formas humanas sean gratas para algunos individuos. Pero hay alimentos o tipos de rostros o de bailes en los que es muy fácil que convenga gran cantidad de individuos. Entonces debe reconocerse que estos ejemplos en los que tantos convienen, están más inmediatamente vinculados con la naturaleza humana, son más «naturales».
FUENTE:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum (Libro) , , Ed.Rialp, 1999 Madrid I. ¿QUÉ ES LA HERMOSURA?, 4. Universalidad y relatividad de la hermosura. c) La hermosura basada en la teleología de la naturaleza individual
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum (Libro) , , Ed.Rialp, 1999 Madrid I. ¿QUÉ ES LA HERMOSURA?, 4. Universalidad y relatividad de la hermosura. c) La hermosura basada en la teleología de la naturaleza individual
FUENTE AMPLIADA:
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum Ed. Rialp, Madrid, 1999 (1998)
RUIZ RETEGUI, Antonio: Pulchrum Ed. Rialp, Madrid, 1999 (1998)
CLAVES: Belleza > Corresponde a la triple teleología del hombre > Correspondencia con la naturaleza humana individual