RESUMEN:
El alma gobierna al cuerpo como a un siervo, que no puede resistirse al imperio de su señor; pero la razón gobierna al irascible y al concupiscible -como dice el Filósofo en el libro I de la Política [c.2, 1254b, 5-6]- con un dominio político y real, que es el que corresponde a los libres; y por ello el irascible y el concupiscible también pueden oponerse al imperio de la razón, como también los ciudadanos libres se oponen a veces al gobierno de su rey


TEXTUAL:
14. A LO DÉCIMOCUARTO debe decirse que el alma gobierna al cuerpo como a un siervo, que no puede resistirse al imperio de su señor; pero la razón gobierna al irascible y al concupiscible -como dice el Filósofo en el libro I de la Política [c.2, 1254b, 5-6]- con un dominio político y real, que es el que corresponde a los libres; y por ello el irascible y el concupiscible también pueden oponerse al imperio de la razón, como también los ciudadanos libres se oponen a veces al gobierno de su rey.


FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.3 [Sobre la causa del pecado], a.9 [Si es posible que alguien que peque por debilidad].


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)


CLAVES: Apetitos del hombre > Dominio despótico y dominio político