RESUMEN:
Algunos rasgos de la amistad: no se declara para comenzar, no es exclusivista, iguala, intima, es leal, no sirve para nada, ama al amigo con sus defectos.
TEXTUAL:
La amistad procede de una elección. Hemos de querer a todos los hombres; pero sólo serán amigos los que elijamos.

La amistad siempre es recíproca. Si no es correspondida, no existe.

Es un cariño que no necesita palabras ni declaraciones. Nace y crece discreta y lentamente, sin flechazos ni compromisos apasionados. Esos amores pegajosos de los niños son simples formas de inmadurez.

La amistad no es exclusivista ni celosa: cuanto más se comparte, más se ahonda en ella.

Según un viejo proverbio latino, amicitia pares aut accipit aut facit: nace entre iguales o iguala. Esto significa que quien tiene un amigo importante se siente a su vez importante. ¿Y si el amigo es de menor categoría, más joven, menos inteligente o de condición más humilde? No importa: la amistad con los pequeños no empequeñece a los grandes; los ennoblece.

La amistad, como todos los amores, es entregar una parte de la propia intimidad. Hay una intimidad física que comparten del todo los esposos y, hasta cierto punto, los miembros de una misma familia. Los amigos participan de la intimidad espiritual: de las penas, alegrías, esperanzas, miedos, complejos. Y de dos intimidades, nace una sola.

Amigo es, pues, aquel a quien abrimos el corazón. Nuestros secretos son sus secretos. Y los suyos son nuestros.

La amistad se asocia a una virtud: la lealtad, que consiste precisamente en no traicionar nunca esa intimidad común.

La amistad no se instrumentaliza, no sirve para nada. Por el contrario, todo debe estar al servicio de la amistad.

Al amigo se le corrige en secreto y se le alaba en público. No lo digo yo, sino Catón. Y otro refrán latino apostilla: amici vitia si feras, facias tua. Si no corriges los vicios de tus amigos, los haces tuyos. Y hablando de refranes, he aquí otro proverbio italiano: ama lamico tuo col vizio suo: ama a tus amigos con sus defectos. En consecuencia, no hay mejor espejo que el ojo de tu amigo.

FUENTE:
MONASTERIO, Enrique: Pensar por libre, Ed.Palabra, 1996 Madrid p.128
FUENTE AMPLIADA:
MONASTERIO, Enrique: Pensar por libre Ed. Palabra, Madrid, 1996
CLAVES: Amistad > Elementos > Algunos rasgos de la amistad