RESUMEN:
Permanecen separadas del cuerpo sólo aquellas potencias que tienen como sujeto exclusivo al alma: la razón y la voluntad.


TEXTUAL:
En cambio está lo que se dice en el libro De Eccles. Dogmat. 25: El hombre está constituido a partir de dos sustancias solamente: Del alma con su razón y de la carne con sus sentidos. Por lo tanto, muerta la carne, no permanecen las potencias sensitivas.

Solución. Hay que decir: Como dijimos anteriormente (a.5.6.7), todas las potencias del alma están referidas al alma como a su principio. Pero algunas potencias, como el entendimiento y la voluntad, están referidas al alma como a su sujeto. Por eso es necesario que estas potencias permanezcan en el alma una vez destruido el cuerpo. Otras potencias, en cambio, tienen por sujeto el compuesto. Estas son las potencias de la parte sensitiva y la vegetativa. Y, destruido el compuesto, no pueden permanecer sus accidentes. Por lo tanto, destruido el compuesto, dichas potencias no permanecen en el alma en acto, sino sólo virtualmente como en su principio o raíz.



FUENTE:
Suma Teologica, I [trad. BAC Maior, 2001] q.77, a.8, s.


FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, Parte Primera Ed. BAC, Madrid, 2001 (1273)


CLAVES: Alma > Relacion con sus potencias > Permanencia separada del cuerpo